|
María, Madre de Dios, recibe mis humildes obsequios y haz que también yo pueda gozar de los dulces frutos de tu maternidad divina |
Tu nombre, ¡oh Madre de Dios!, está lleno de todas las gracias y bendiciones divinas. Tú has llevado en tu seno al que los cielos no pueden contener. Tú has alimentado al que todo lo sustenta. El Señor del universo ha querido tener necesidad de Ti, habiéndole Tú dado esa carne que antes no tenía. ¡Gózate, oh Madre y Esclava de Dios, gózate! Tú tienes por deudor al que da el ser a todas las criaturas; nosotros todos somos deudores de Dios, pero Dios es deudor tuyo.
¡Oh Santísima Virgen! Tú tienes mayor bondad, mayor caridad que todos los otros santos y más que todos ellos has subido al trono de Dios, porque eres su Madre. Te suplico, pues, yo que celebro tus glorias y alabo tu excelsa bondad, que te acuerdes de mí y de mis miserias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.