¡Oh Santa Madre de Dios, grabad profundamente las llagas de Jesús en mi corazón! |
Virgen Santísima y Reina de los Mártires, María, recibid el
homenaje más sincero de mi amor filiar. Acoged en vuestro Corazón, atravesado
por tantas espadas, a mi pobre alma. Recibidla por compañera de vuestros
dolores junto a la Cruz ,
en la cual murió Jesús por la redención del mundo. Con Vos, Virgen dolorida,
sufriré gustoso todas las angustias, las contradicciones y las enfermedades con
las cuales el Señor se complacerá en visitarme. Todo os lo ofrezco en memoria
de vuestros dolores, de suerte que todos los pensamientos de mi mente y todos
los latidos de mi corazón sean un acto de compasión y de amor a Vos; y Vos,
dulce María, tened compasión de mí, reconciliadme con vuestro Divino Hijo Jesús,
conservándome en su gracia y asistiéndome en la última agonía, para poder
llegar al cielo a cantar vuestras glorias. Así sea.
Indulgencia de quinientos días. (S. C. de Indul., 20 mar.
1887; S. Pen. Ap., 19 mayo 1934 y 18 jun. 1949)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.