Bienaventurado el Vientre que te trajo (Lc 11, 27).
Por muchas razones se dice
bienaventurado el vientre de la Santísima Virgen.
Porque llevó al que en sí
mismo es sumamente bienaventurado, como dice el Apóstol: El bienaventurado y solo poderoso, el Rey de los reyes (1 Tim 6,
15).
Luego, porque María ha gozado
de bienaventuranza suprema y Trinitaria, pues fue esposa del Padre, madre del
Hijo y morada del Espíritu Santo, conforme a aquello: Salve madre de piedad y
noble triclinio de toda la Trinidad.
Porque concibió sin
corrupción.
Porque lo llevó sin trabajo.
Porque lo dio a luz sin dolor.
Acerca de esto dice San Lucas:
El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y
por tanto concebirás sin dolor ni corrupción; Y te hará sombra la virtud del Altísimo, y por consiguiente lo
llevarás sin trabajo; Y por eso lo Santo
que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios, y así darás a luz sin dolor.
Porque llevó el precio de la
redención, como se lee en los Números (20, 6): Señor Dios, oye el clamor de este pueblo, y ábreles tu tesoro, una fuente
de agua viva, para que, saciados, tenga fin su murmuración. Y apareció la
gloria del Señor sobre ellos.
Porque se benefició de todos
los estados, pues tuvo la integridad de las vírgenes, la fecundidad de las
esposas y la castidad de los continentes.
Finalmente porque María será
siempre bendecida por todos y proclamada bienaventurada, como dijo ella misma
(Lc 1, 48): Me dirán bienaventurada todas
las generaciones.
Santo Tomás de Aquino
MEDULLA S. THOMAE
AQUITATIS PER OMNES ANNI LITURGICI
DIES DISTRIBUITA,
SEU MEDITATIONES
EX OPERIBUS S. THOMAE DEPROMPTAE
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.