sábado, 29 de diciembre de 2018

LA PROTECCIÓN MATERNAL DE MARÍA

Ella se constituye en tu fiadora, tu suplemento y tu todo ante Jesús

María se da a su esclavo.- La Santísima Virgen es Madre de dulzura y misericordia, y jamás se deja vencer en amor y generosidad. Viendo que te has entregado totalmente a Ella para honrarla y servirla y te has despojado de cuanto más amas para adornarla, se entrega también a ti plenamente y en forma inefable. Hace que te abismes en el piélago de sus gracias, te adorna con sus méritos, te apoya con su poder, te ilumina con su luz, te inflama con su amor, te comunica sus virtudes: su humildad, su fe, su pureza, etc.; se constituye tu fiadora, tu suplemento y tu todo ante Jesús. Por último, dado que como consagrado perteneces totalmente a María, también Ella te pertenece en plenitud. De suerte que, en cuanto perfecto servidor e hijo de María, puedes repetir lo que dijo de sí mismo el evangelista San Juan: El discípulo la tuvo en su casa (Jn 19, 27), como su único bien.



viernes, 28 de diciembre de 2018

LOS NIÑOS, PRIMICIAS DE LOS MÁRTIRES

¿No guardaría en su Corazón un recuerdo y un cariño y un agradecimiento especial, hacia aquellas víctimas que morían por su Hijo?

Los niños.- Qué simpáticos y atrayentes aparecen estos niños, primicias de los mártires; humanamente hablando, son dignos de lástima, pero mirados con ojos de fe, qué dichosos son. Apenas nacen y ya son santos. La Iglesia los canoniza y celebra su fiesta en los días de Navidad. Son almas inocentes que gozan en el Cielo de todos los premios concedidos a la inocencia, a la virginidad y al martirio.

En un momento, la espada del tirano segó sus vidas, pero Dios les dio otra mucho mejor que nadie se la podrá quitar y todo, ¿por qué? Porque murieron por Jesús, en sustitución de Jesús, por causa de Jesús, esa es la razón de su dicha, como es la razón de toda felicidad. Trabajar, sufrir, sacrificarse y hasta morir por Jesús, he ahí lo único grande, lo único que puede hacernos felices ahora y siempre.

¿Qué hubiera sido de estos niños si no hubieran muerto por Jesús? ni hubieran sido santos, no glorificados, con ninguna corona. Probablemente obreros, pastores, soldados, quizás verdugos de los que tomaron parte en la Pasión de Jesús, eso hubieran sido, pero en realidad, mira lo que son, solo por acercarse a Jesús y a la Santísima Virgen. ¡Cómo les miraría Ella! ¿No guardaría en su Corazón un recuerdo y un cariño y un agradecimiento especial, hacia aquellas víctimas que morían por su Hijo? ¡Cómo olvidarse nunca de ellos!

Óyelo bien y grábalo profundamente en tu corazón. Si quieres que la Virgen te recuerde y nunca te olvide y Jesús te premie, acércate a Él, ámale y sufre y sacrifícate por Él.




martes, 25 de diciembre de 2018

EMPEZÓ EN BELÉN

¡María es el paraíso de Dios!, y la flor que brota en él es Jesús

Toma en cuenta si puedes las adoraciones, los homenajes, las caricias de María a su Divino Hijo al momento de nacer. Adora a Jesús reposando en sus brazos o dormido en su regazo.

¡Qué bello ostensorio es María, fabricando con esmero por el mismo Espíritu Santo! ¿Puede haber algo más hermoso que la Santísima Virgen, aun considerándola en lo meramente exterior? Es el lirio purísimo, el lirio del valle, cándida como aquél y que germinó en tierra inmaculada.

¡María es el paraíso de Dios!, y la flor que brota en él es Jesús, la flor de Jesé, y el fruto que produce es Jesús, trigo de los elegidos. ¡Qué delicioso fue para Dios embellecer a María!

¡He ahí al ostensorio del Verbo recién nacido, el canal por donde llegó Jesús!

Sí, la Eucaristía empezó en Belén, entre los brazos de María. Ella trajo a la humanidad hambrienta el único Pan que podría saciarla.

María nos conservó este Pan. Oveja Divina, nutrió con su leche virginal al Cordero cuya carne vivificante sería nuestro alimento más tarde.

“Flores de la Eucaristía”,
San Pedro Julián Eymard



sábado, 22 de diciembre de 2018

ORACIONES DE LOS SANTOS A NUESTRA MADRE MARÍA

¡Oh gloriosísima Virgen! ¡Dignaos hacer que mi corazón se abrase siempre en vuestro amor y que mi alma sea siempre vuestra!

¡Oh María!, no me rehuséis vuestro socorro. Pero, ¿cómo podríais rehusármelo si sois la Reina de la Misericordia? ¿Quién si no los miserables son el objeto de vuestra piedad? Y yo que soy el más miserable de todos necesito más que nadie de vuestra protección. Muchas son mis ofensas; pero la grandeza de vuestra clemencia excede a la de mi malicia, y esta no os impedirá socorrerme. Nada hay que os resista; porque el Creador de todas las cosas, que lo es también vuestro, os ha honrado como a su Madre, haciendo que vuestra gloria sea la suya propia. Tened, pues, piedad de nosotros y haced que nos salvemos. Amén.

San Bernardo




miércoles, 19 de diciembre de 2018

LA ENTREGA DE NUESTRA MADRE A DIOS

Enséñame tu silencio, comunícame tu espíritu de adoración...

¡Oh María!, después de Jesús y con la distancia que media entre lo infinito y lo finito, eres Tú la grande alabanza de gloria de la Trinidad Santa. Tú fuiste siempre pura, inmaculada, irreprensible a los ojos del Dios tres veces Santo. Tu alma es tan sencilla y sus movimientos tan profundos, que no se dejan notar. Tu vida se puede compendiar en las palabras del Evangelio: “Guardaba todas estas cosas en su corazón” Tú has vivido en lo íntimo de tu corazón y a profundidades tales, que la mirada humana no puede seguirle. Al leer en el Evangelio que atravesaste con premura las montañas de Judea para ir a ejercitar una obra de caridad con tu prima Isabel, ¡te veo pasar tan hermosa, tan serena, tan majestuosa, tan profundamente recogida con el Verbo de Dios en tu corazón! Tu oración como la del Señor, fue siempre ésta: “Ecce! ¡Heme aquí! - ¿Quién? – La esclava del Señor la última de sus criaturas… ¡Tú, su Madre!

Fuiste tan sincera en tu humildad, porque siempre viviste olvidada, desconocedora, libre de Ti misma; por eso pudiste cantar: “El Omnipotente ha hecho en mí grandes cosas; todas las generaciones me llamaran bienaventurada”

¡Oh Madre mía!, enséñame el secreto de tu vida interior; enséñame a vivir recogido con Dios presente en mi alma. Enséñame tu silencio, comunícame tu espíritu de adoración. Junto a Ti, en tu escuela, quiero ser también yo el pequeño de la divinidad. Ayúdame a desasirme de las criaturas, para vivir en amorosa y callada adoración de la Trinidad, oculta en el íntimo escondrijo de mi alma.



sábado, 15 de diciembre de 2018

EL "DON" DE NUESTRA MADRE

Me acerco a Ti, Virgen María, con vivo deseo de penetrar en el secreto de tu vida interior, para que Tú seas mi luz y modelo

A nadie como a María se entregó Dios tan abundantemente, pero tampoco criatura alguna comprendió como María la grandeza del “don”  divino ni fue como Ella tan fiel depositaria y adoradora de él. Así nos la presenta Sor Isabel de la Trinidad: “¡Si conocieras el don de Dios!” Pero hay una criatura que ha conocido este don de Dios y no ha dejado perder de él ni la más mínima partecita… Es la Virgen fiel, aquella que guardaba todas las cosas en su corazón… El Padre, inclinándose sobre esta criatura tan bella, tan desconocedora de su belleza, quiso que fuese en el tiempo la Madre de Aquel cuyo Padre es Él desde la eternidad. Entonces intervino el Espíritu de Amor, que preside en todas las obras divinas; la Virgen pronunció su fiat: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra”, y se obró el mayor de los misterios. Al bajar a Ella el Verbo, María quedó para siempre presa de Dios.

“¡Con qué paz y recogimiento obraba María y se prestaba a todo!” Aun las acciones más ordinarias estaban en Ella divinizadas, porque en todo cuanto hacía, permanecía siempre adoradora del don de Dios. Pero esto no le impedía darse también a la vida exterior, cuando se trataba de ejercitar la caridad. El Evangelio nos dice cómo María recorrió con gran premura las montañas de Judea para ir a visitar a su prima Isabel. La inefable visión que contempla dentro de sí no disminuyó nunca su caridad exterior, porque, dice un autor piadoso, la contemplación, si tiene por mira… a Dios, lleva en sí la unidad y no puede perderla nunca.



miércoles, 12 de diciembre de 2018

CONOCIENDO A MARÍA

Nuestra Señora de las Montañas, Villamartín - Cádiz

La aparición de la Virgen.- Cuenta la tradición oral que allá por el año 1540, un leñador que realizaba sus faenas en el campo, en el Pago de Pajarete, encontró entre la maleza una figura, en un lugar cercano a donde hoy se sitúa la ermita.  La llevó a su cabaña sin sospechar lo que podía significar aquella pequeña estatuilla creyendo que era una muñeca con la que podrían jugar sus hijas.  Poco después desaparecería de la cabaña para ser encontrada en el mismo sitio que la vez anterior. 

La volvió a llevar a la cabaña y al poco tiempo desapareció encontrándose otra vez  en el lugar donde había sido hallada. Esta circunstancia hizo intervenir al clero quien parece que la trasladó a la Iglesia Parroquial de Villamartín de donde también desaparecería poco después para volver a aparecer en el mismo lugar de Pajarete donde las veces anteriores.

Los lugareños, impactados por estos hechos, consideraron a esta Imagen una representación de la Virgen a la que denominaron de las Montañas y una manifestación de que Ella quería estar en ese lugar donde, posteriormente, se le construyó una Ermita.

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sábado, 8 de diciembre de 2018

GLORIA DE NUESTRA PATRIA


Hubo una vez una más pura que las demás en un rincón de Galilea.
Porque las otras eran puras, pero María era la flor de la pureza.
La voz eterna del Arcángel iluminó su obscuridad y su pobreza.
Ave María (le decía como nosotros le decimos), gratia plena.
Su corazón, que era un prodigio, quedó suspenso al escuchar la voz aquella.
La criatura se asombraba de ver a Dios Nuestro Señor pendiente de ella.
Adán oía entre las sombras y entre las sombras escuchaban los Profetas.
Los pobres muertos, en su patria de polvo y siglos, esperaban la respuesta.

Cuando la niña abrió los labios, el paraíso lentamente abrió sus puertas.
Y Dios bajó, para salvarnos, al vientre puro de su Madre, la Doncella.


La misteriosa economía del universo está pendiente de sus manos.
Porque por algo están unidas constantemente y sin rumor en su regazo.
Esa tarea silenciosa mueve la máquina invisible de los astros.
La fuerza muda y escondida de la oración es la que impide su fracaso.
Por ella el frío es menos frío y el desamparo es mucho menos desamparo.
Por ella el hombre sobrelleva su enorme carga de amargura y de cansancio.
Siempre encerrada en su pureza, la dulce niña nos ayuda sin descanso.
La caridad en que se quema nos ilumina con su fuego sacrosanto.
El mundo es grande para todos, pero es pequeño como un niño entre sus brazos.
Puede dormir profundamente, pues la doncella que lo acuna está rezando.


Si la doncella no velara, ¿quién dormiría en esta noche tenebrosa?
¿Quién viviría para el débil, para el que sufre soledad, para el que llora?
¿Quién vencería en este mundo la poderosa resistencia de las cosas?
¿Quién pagaría lo que falta pagar a Dios por la belleza de sus obras?
Contra la muerte y el olvido su cuerpo frágil de mujer es una roca.


Dormido en ella, el hombre puede sobrevivir a los peligros que lo acosan.
Sólo viviendo en esa cárcel el hombre es libre como el pájaro y las olas.
Porque ni el tiempo ni el espacio tienen cabida en la prisión maravillosa.
El corazón, esperanzado, distingue al fin algo de luz entre las sombras.
Y el alma, llena de alegría, puede decir con emoción que no está sola.

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domingo, 2 de diciembre de 2018

LA ANUNCIACIÓN – LA VIRGEN ORANDO

Mírala bien, es tu Maestra de oración, los Ángeles se pasman y asisten regocijados a la oración de María. Dios se complace en Ella y se comunica a Ella, con un aumento de gracias, de beneficios y concesiones que hace al mundo por la oración de María


Cómo ora.- Con santa curiosidad atisba por la ventanilla de la casa de Nazaret y sorprende a María en su oración. ¡Qué espectáculo! Mírala en su porte exterior, sin exageraciones, ni dramáticas posturas; de rodillas, postrada hasta pegar con su frente en el suelo, las manos juntas o cruzadas ante el pecho, los ojos bajos y modestamente recogidos o levantados para fijar la vista en el cielo. Penetra hasta ver su fervor interior. ¿Habrá cabida en Ella para las distracciones, pensamientos inoportunos, cansancios, tibiezas, aburrimientos, et cétera?

Mírala bien, es tu Maestra de oración, los Ángeles se pasman y asisten regocijados a la oración de María. Dios se complace en Ella y se comunica a Ella, con un aumento de gracias, de beneficios y concesiones que hace al mundo por la oración de María. Y tú, ¿no aprenderás a copiar en ti algo de este fervor de tu Madre?

Que ora.- Jesucristo más tarde nos enseña que hemos de pedir “El reino de Dios y su justicia” y que esto pide María, que venga ya el Salvador, que envíe Dios al Mesías, que acelere cuanto antes la hora de la Redención. Tanto, tanto lo pide, que Dios complacido no lo sabe, no lo puede negar, y por la oración de María, acelera y adelanta la hora.

Recuerda las Bodas de Caná. También allí dice Cristo “aún no ha llegado mi hora”, pero por la intercesión de María se adelanta y hace el milagro. Piensa en Dios cambiando su plan y adelantando la hora de enviar a su Hijo, la de manifestarse en Caná públicamente con su primer milagro, la de redimir al mundo en la Cruz, la de resucitar tan de mañana el Domingo de Resurrección. Y todo porque María lo pide con su oración.

Por qué ora.- Porque la oración no es solo útil, sino necesaria. No tenía Ella necesidad para sí, ni la tuvo Cristo, y, sin embargo, la oración de Jesús y la de María es sin intermisión. La primera vez que hablan los Evangelios de María la presentan orando y en la oración recibe la visita del Ángel; la última vez que la mencionan los Evangelistas, es para decirnos que en el Cenáculo era Ella la que enseñaba a los Apóstoles a orar y a prepararse para recibir con la oración al Espíritu Santo.

María comienza su historia orando y la termina orando. ¡Qué ejemplos te pone Dios para imitarla! Además con la oración se prepara para ser la Madre del Mesías, y por eso, en medio de la oración, recibe la visita del Ángel. Toda la obra de la Encarnación está relacionada con la oración de María.

Tu oración.- En presencia de este sublime modelo piensa:

a) Lo necesaria que es para ti la oración, las pasiones, los pecados, las imperfecciones y miserias propias te recuerdan esto sin cesar.

b) Los frutos que tú podrías conseguir si fueras alma de oración, la comunicación con Dios y el gusto de las cosas espirituales, la mayor perfección y santidad de ahí depende.

c) Cómo oras y cómo debes de orar si te comparas con María; falta de fervor, atención interna y externa, tus cansancios y rutinas, pretextos para dejarla y acortarla quizás, cuando más falta te hace.

d) Examina tu oración vocal, cómo rezas a la Virgen el Rosario, tus oraciones marianas, et cétera.

Pide para ti un gran espíritu de oración y para el mundo, que por la oración de las almas buenas dé el Señor vida y forme muchos hijos de María.




sábado, 1 de diciembre de 2018

HOY ES PRIMER SÁBADO DE MES

"Lo que Nuestra Señora quiere es que el Papa y todos los obispos del mundo consagren Rusia a Su Inmaculado Corazón"
Sor Lucía, el 
15 de julio de 1946


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viernes, 30 de noviembre de 2018

HUMILDAD DE MARÍA

María Santísima fue ciertamente la mujer más honrada por el Señor, la más elevada las criaturas, y sin embargo, ninguna se ha rebajado y humillado tanto como Ella. Se diría que parece existir una porfía entre Dios y María: cuanto más la ensalza Dios más se oculta María en su humildad


¡Oh Virgen, tallo glorioso! ¿Hasta qué sublime altura levantas tu corola? Hasta Aquel que está sentado en el Trono, hasta el Señor de la Majestad. No me sorprende que llegues a tanta altura, porque sé que estás profundamente enraizada en la humildad. Dios te salve, María, llena de gracia. Verdaderamente llena de gracia, porque agradas a Dios, a los Ángeles, a los hombres; a los hombres por tu maternidad, a Dios por tu humildad. Precisamente con tu humildad atraes la mirada del Señor, de Aquel que se inclina sobre los humildes, mientras mira desde lejos a los soberbios. Los ojos de satanás se fijan en todo lo que es alto y soberbio, pero los ojos de Dios se fijan en todo lo que es bajo y humilde.

San Bernardo



martes, 27 de noviembre de 2018

27 DE NOVIEMBRE, NUESTRA MADRE DE LA MEDALLA MILAGROSA

Virgen y Madre Inmaculada, mira con ojos misericordiosos al hijo que viene a Ti, lleno de confianza y amor, a implorar tu maternal protección, y a darte gracias por el gran don celestial de tu bendita Medalla Milagrosa

En una medianoche iluminada con luz celeste como de Nochebuena -la del 18 de julio de 1830- aparecióse por primera vez la Virgen Santísima a Santa Catalina Labouré, Hija de la Caridad de San Vicente de Paúl.

Y le habló a la Santa de las desgracias y calamidades del mundo con tanta pena y compasión que se le anudaba la voz en la garganta y le saltaban las lágrimas de los ojos.

¡Cómo nos ama nuestra Madre del Cielo! ¡Cómo siente las penas de cada uno de sus hijos! Que tú recuerdo y tu medalla, Virgen Milagrosa, sean alivio y consuelo de todos los que sufren y lloran en desamparo.


De las manos de María Milagrosa, como de una fuente luminosa, brotaban en cascada los rayos de luz. Y la Virgen explicó: "Es el símbolo de las gracias que Yo derramo sobre cuantas personas me las piden", haciéndome comprender -añade Santa Catalina- lo mucho que le agradan las súplicas que se le hacen, y la liberalidad con que las atiende.


La Virgen Milagrosa es la Madre de la Divina Gracia que quiere confirmar y afianzar nuestra fe en su omnipotente y universal mediación. ¿Por qué, pues, no acudir a Ella en todas nuestras necesidades?



sábado, 24 de noviembre de 2018

ORACIÓN PIDIENDO EL FAVOR DE MARÍA

Desde mi reconocida indignidad me atrevo a saludarte: “Dios te salve, María, llena eres de gracia...” 



Inmaculada Virgen y Madre mía, María, criatura la más humilde y la mayor ante Dios, Él te exaltó hasta hacerte Madre suya y Reina del cielo. ¡Bendito sea Dios que quiso ensalzarte tanto!

Desde mi reconocida indignidad me atrevo a saludarte: “Dios te salve, María, llena eres de gracia...” Tú que posees la plenitud de gracia, dame parte de ella.

“El Señor está contigo...” ya desde que te creó, y por entero al hacerse Hijo tuyo.

“Bendita tú entre todas las mujeres...” alcánzame del Señor su divina bendición.

“Y bendito es el fruto de tu vientre...” ¡Venerable planta que diste al mundo fruto tan noble y santo!

“Santa María, Madre de Dios...” me asombra la grandeza de tu maternidad divina, y estoy dispuesto a morir por defender esta verdad.


“Ruega por nosotros, pecadores...” al ser Madre de Dios, eres Madre de nuestra salvación, porque Dios se hizo hombre en ti para salvarnos, tu oración de Madre por nosotros todo lo puede.

“Ahora y en la hora de nuestra muerte...” Ayúdanos en el presente cargado de peligros, pero aún más en nuestra última hora. Salvados por los méritos de Jesucristo y con tu intercesión, podremos saludarte y alabarte con tu Hijo en el cielo. Amén.



miércoles, 21 de noviembre de 2018

21 DE NOVIEMBRE, PRESENTACIÓN DE NUESTRA MADRE EN EL TEMPLO

Tan tierno y delicado es este misterio de la vida de la Santísima Virgen, cuanto sumamente práctico por las grandes enseñanzas que encierra para nuestras almas

Prontitud en seguir la vocación de Dios.- He aquí una de los enseñanzas más admirables de este paso. Contempla a la Virgen niña, de edad de tres años, desprenderse de sus padres, subir corriendo las gradas del Templo, sin volver la vista hacia atrás y ofrecerse al servicio de Dios en el Santuario. ¡Qué detalles más divinos! ¡A los tres años! Profundiza bien en esto ¡Qué prisa se da la Virgen por consagrarse al Señor! Por un milagro excepcional, María, a esa edad, tenía todo el uso de su razón y con esa razón, deliberadamente, dándose cuenta de lo que hacía, ¡a los tres años!, corre al Templo. No tenía ningún peligro en su casa, que era de Santos. No repara en su tierna edad, en que aún son tan necesarios los cuidados de un padre y sobre todo de una madre. No piensa en el dolor que va a causar a sus padres, ni le preocupa el nuevo género de vida que desconoce.

Todo eso, son razones de la prudencia humana. Ella ha oído la voz de Dios e inmediatamente corre a seguirla, ¡Cuánto antes mejor! Todo le parece demasiado tarde y por eso, sube corriendo las gradas del Santuario. ¡Qué lección de fervor nos da esta Niña! Compárate con Ella y mira si así sirves tú al Señor. ¿Qué haces con las inspiraciones y llamamientos de Dios? ¿Los sigues con esa prontitud? ¿Te arrojas así de ciegamente, sin pensar en nada, así de confiadamente, sin preocuparte por nada, como María en brazos del Señor, y dejando a Él el cuidado de todas las cosas? ¡Cuándo llegaremos a este desprendimiento de todo, hasta de nosotros mismos, de nuestro modo de ver las cosas, de nuestro propio parecer, para obrar solo como Dios quiere!



sábado, 17 de noviembre de 2018

LOS FAVORES DE NUESTRA MADRE MARÍA

El rezo del Ave María transforma a un joven

Cuán solícita es nuestra buena Madre, no sólo para sacarnos del pecado, sino también para librarnos del peligro de nuevas caídas

Es famoso lo que refiere el P. Señeri en su libro “El Cristiano Instruido”. El P. Nicolás Zuchi fue a confesar en Roma a un joven cargado de pecados deshonestos y malos hábitos. El confesor lo acogió con caridad, y compadecido de su estado lamentable, le dijo que la devoción a nuestra Señora podía librarlo de ese malhadado vicio, y le impuso de penitencia que hasta la próxima confesión, cada mañana y por la noche, al levantarse y antes de acostarse rezara un Ave María a la Virgen, ofreciéndole sus ojos, sus manos y todo su cuerpo, pidiéndole que le custodiara como suyo, y que besara tres veces el suelo. El joven practicó la penitencia, al principio con poca enmienda. Pero el padre continuó inculcándole que no dejara esa costumbre piadosa, animándole a confiar en la protección de la Virgen.

Andando el tiempo, el joven penitente se fue con otros compañeros a recorrer mundo durante varios años. Vuelto a Roma, fue en busca de su confesor, el cual, con gran júbilo y asombro, lo encontró del todo cambiado y libre de las antiguas manchas. “Pero hijo, ¿cómo has obtenido de Dios tan hermosa transformación?” “Padre –le dijo el joven–, nuestra Señora me consiguió la gracia debido a aquella devoción que me enseñó”.

Y no acaban aquí las cosas portentosas. El mismo confesor narró desde el púlpito el suceso. Lo oyó un capitán que, desde hacía muchos años vivía en mal estado con una mujer. Él también se resolvió a practicar la misma devoción para librarse de aquella terrible cadena que lo tenía esclavo del demonio. Esta intención de librarse del pecado es necesario tener para que la Virgen pueda ayudar al pecador. Pero ¿qué pasó? Al cabo de medio año, presumiendo el capitán de sus propias fuerzas se dirigió en busca de aquella mujer para ver si ella también había cambiado de vida. Pero al llegar a la puerta de aquella casa donde corría manifiesto peligro de volver a pecar, se siente rechazado por una fuerza invisible y se encontró a más de cien metros de aquella casa y fue dejado a la puerta de la suya. Comprendió con toda claridad que María lo había librado de la perdición. De esto se deduce cuán solícita es nuestra buena Madre, no sólo para sacarnos del pecado si con esta buena intención nos encomendamos a ella, sino también para librarnos del peligro de nuevas caídas.

"Las Glorias de María"
San Alfonso María de Ligorio



sábado, 10 de noviembre de 2018

ORACIONES DE LOS SANTOS A NUESTRA MADRE MARÍA

No quiera Dios, ¡oh intercesora de los hombres!, que mis pecados sean un obstáculo para que ejerzáis conmigo vuestra misericordia


A Vos recurro, ¡oh gloriosa Madre de Dios!, a quien la Santa Iglesia llama Madre de misericordia. Vos sois, ¡oh María!, la que nunca ha sufrido repulsa del Señor y cuya misericordia no ha faltado nunca a nadie, cuya clemencia no ha desoído la súplica del desdichado. No quiera Dios, ¡oh intercesora de los hombres!, y su única esperanza para con vuestro Hijo, que mis pecados sean un obstáculo para que ejerzáis conmigo vuestra misericordia. ¡Ah! ¡no! Yo espero que os dignareis acordarme la gracia de expiarlos y arrepentirme de ellos sinceramente. Amén.

San Guillermo de París




sábado, 3 de noviembre de 2018

viernes, 2 de noviembre de 2018

A NUESTRA MADRE POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO



A Vos, Madre Nuestra amantísima, invocamos por Intercesora, esperando obtener por vuestros méritos lo que por nuestras solas oraciones no nos atreveríamos a esperar.

Vos, que sois Madre de todos, a todos protegednos, y librad con vuestros ruegos, a las Santas Almas del Purgatorio. Por los méritos de la Pasión de tu Santísimo Hijo y tus Dolores y lágrimas.

¡Oh Glorioso Patriarca San José!, intercede juntamente con tu Santísima Esposa ante tu Hijo, por las Almas del Purgatorio.



Por la Misericordia de Dios y la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, las almas de los fieles difuntos descansen en paz. R/. Amén



jueves, 1 de noviembre de 2018

VIRGEN DE LA CONFIANZA, CONFIANZA EN MARÍA

Imagen de la Virgen de la Confianza,
venerada en la Capilla del Pontificio Seminario Romano

“La Divina Señora se dignó concederme que toda alma que con confianza se presente delante de este cuadro, experimentará una verdadera contrición de sus pecados, con verdadero dolor y arrepentimiento, y obtendrá de su Divinísimo Hijo el perdón general de todos sus pecados. Además esa mi Divina Señora, con amor de verdadera Madre, condescendió en asegurarme que a toda alma que contemple esta imagen, concederá una particular ternura y devoción hacia Ella”

Hna. Clara Isabel Fornari, Clarisa fallecida
en 1744 y con Proceso de Beatificación en curso





La devoción a la “Madonna della Fiducia” se muestra particularmente benéfica cuando se reza la jaculatoria “¡Madre mía, confianza mía!"

Muchos son aquellos que se fortalecen en la confianza, o la recuperan, apenas por contemplar esa bella pintura, sintiéndose inundados por la mirada materna, serena, cariñosa y alentadora de la Reina del Cielo.

Y el Divino Niño, también observando al fiel, apunta su índice a la Santísima Virgen, como diciendo: “Colócate bajo su protección, recurre a Ella, se enteramente de Ella y conseguirás llegar a Mí”