domingo, 2 de diciembre de 2018

LA ANUNCIACIÓN – LA VIRGEN ORANDO

Mírala bien, es tu Maestra de oración, los Ángeles se pasman y asisten regocijados a la oración de María. Dios se complace en Ella y se comunica a Ella, con un aumento de gracias, de beneficios y concesiones que hace al mundo por la oración de María


Cómo ora.- Con santa curiosidad atisba por la ventanilla de la casa de Nazaret y sorprende a María en su oración. ¡Qué espectáculo! Mírala en su porte exterior, sin exageraciones, ni dramáticas posturas; de rodillas, postrada hasta pegar con su frente en el suelo, las manos juntas o cruzadas ante el pecho, los ojos bajos y modestamente recogidos o levantados para fijar la vista en el cielo. Penetra hasta ver su fervor interior. ¿Habrá cabida en Ella para las distracciones, pensamientos inoportunos, cansancios, tibiezas, aburrimientos, et cétera?

Mírala bien, es tu Maestra de oración, los Ángeles se pasman y asisten regocijados a la oración de María. Dios se complace en Ella y se comunica a Ella, con un aumento de gracias, de beneficios y concesiones que hace al mundo por la oración de María. Y tú, ¿no aprenderás a copiar en ti algo de este fervor de tu Madre?

Que ora.- Jesucristo más tarde nos enseña que hemos de pedir “El reino de Dios y su justicia” y que esto pide María, que venga ya el Salvador, que envíe Dios al Mesías, que acelere cuanto antes la hora de la Redención. Tanto, tanto lo pide, que Dios complacido no lo sabe, no lo puede negar, y por la oración de María, acelera y adelanta la hora.

Recuerda las Bodas de Caná. También allí dice Cristo “aún no ha llegado mi hora”, pero por la intercesión de María se adelanta y hace el milagro. Piensa en Dios cambiando su plan y adelantando la hora de enviar a su Hijo, la de manifestarse en Caná públicamente con su primer milagro, la de redimir al mundo en la Cruz, la de resucitar tan de mañana el Domingo de Resurrección. Y todo porque María lo pide con su oración.

Por qué ora.- Porque la oración no es solo útil, sino necesaria. No tenía Ella necesidad para sí, ni la tuvo Cristo, y, sin embargo, la oración de Jesús y la de María es sin intermisión. La primera vez que hablan los Evangelios de María la presentan orando y en la oración recibe la visita del Ángel; la última vez que la mencionan los Evangelistas, es para decirnos que en el Cenáculo era Ella la que enseñaba a los Apóstoles a orar y a prepararse para recibir con la oración al Espíritu Santo.

María comienza su historia orando y la termina orando. ¡Qué ejemplos te pone Dios para imitarla! Además con la oración se prepara para ser la Madre del Mesías, y por eso, en medio de la oración, recibe la visita del Ángel. Toda la obra de la Encarnación está relacionada con la oración de María.

Tu oración.- En presencia de este sublime modelo piensa:

a) Lo necesaria que es para ti la oración, las pasiones, los pecados, las imperfecciones y miserias propias te recuerdan esto sin cesar.

b) Los frutos que tú podrías conseguir si fueras alma de oración, la comunicación con Dios y el gusto de las cosas espirituales, la mayor perfección y santidad de ahí depende.

c) Cómo oras y cómo debes de orar si te comparas con María; falta de fervor, atención interna y externa, tus cansancios y rutinas, pretextos para dejarla y acortarla quizás, cuando más falta te hace.

d) Examina tu oración vocal, cómo rezas a la Virgen el Rosario, tus oraciones marianas, et cétera.

Pide para ti un gran espíritu de oración y para el mundo, que por la oración de las almas buenas dé el Señor vida y forme muchos hijos de María.




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