Pidamos la gracia de honrar
dignamente al Corazón de María. |
Oh, Corazón amantísimo y amabilísimo de María, toda lengua cante el himno de agradecimiento a vuestras bondades, todo corazón se abrase y se derrita en vuestro amor: a las alabanzas del cielo y de la tierra, al amor de los bienaventurados, uno mis alabanzas y mi amor, empezando así a hacer en esta vida lo que espero hacer en la eterna.
Como Corazón de la madre de
los hombres es la personificación o expresión sensible de la Misericordia y
amor infinito de Dios a la desgraciada humanidad, todo ternura y compasión
hacia nosotros, todo generosidad, sin retroceder, a trueque de contribuir a
nuestra Redención ante el sacrificio de la vida misma de Su Hijo. Todo oídos para
escuchar nuestras súplicas, todo interés para procurar la salvación eterna de
nuestra alma. ¿Qué sería de nosotros si el Corazón de nuestra Madre no hubiese
cooperado tan eficazmente a los designios amorosos del Señor, si Ella no
hubiese interpuesto su poderoso valimiento en favor nuestro, si ella no hubiese
detenido el brazo de Dios levantado para castigar nuestras rebeldías e
ingratitudes?
Padre Ribera
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