jueves, 26 de diciembre de 2019

LA FE DE NUESTRA MADRE MARÍA

La Santísima Virgen y Santa Ana con el Niño

La Fe de la Virgen estuvo sometida a una triple prueba: a la prueba de lo invisible, a la prueba de lo incomprensible y a la prueba de las apariencias contrarias. Esta triple prueba superó la Virgen de manera verdaderamente heroica.

Vio, en efecto, a su Hijo en la cueva de Belén, y lo creyó creador del mundo. Lo vio huyendo de Herodes, y no dejó de creer que Jesús era Rey de Reyes. Lo vio crecer en el tiempo, y lo creyó eterno. Lo vio pequeño y lo creyó inmenso. Lo vio pobre, necesitado de alimento y de vestido, y lo creyó Señor del Universo. Lo vio débil y miserable, tendido sobre el heno, y lo creyó omnipotente. Observó su mudez, y creyó que era el Verbo del Padre, la misma Sabiduría increada. Lo sintió llorar, y creyó que era la alegría del Paraíso.

San Alfonso María de Ligorio



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