¡Oh Virgen la más dolorosa del
mundo después de tu Hijo!, a cuyos dolores estuviste perpetuamente asociada: te
ruego que me alcances fortaleza para sufrir por mis pecados
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¡Oh Virgen Dolorosa!, siendo Tú árbol florido y fructuoso, fuiste tan afligida, y yo árbol seco e inútil,
quiero vivir regalado y soy impaciente de toda molestia y adversidad. Te ruego
me concedas espíritu de penitencia, humildad y mortificación cristiana para
imitarte a Ti y a tu amado Hijo, crucificado por mí… Salve Regína
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