Para que Dios se digne más
fácilmente concederte tanto favor, toma por abogada y protectora a la Santísima
Virgen. San Bernardo dice que María se ha humillado más que ninguna otra
criatura y que, siendo Ella la más grande de todas, se ha hecho la más pequeña
por el profundísimo abismo de su humildad. Por tal razón, María ha recibido la
plenitud de la gracia y ha sido digna de ser Madre de Dios. María, al mismo
tiempo es Madre de misericordia y de ternura, a la cual nunca se recurre en
vano. Entrégate lleno de confianza a su seno maternal; suplícale
encarecidamente que quiera obtenerte la virtud que le fue de tanto aprecio y no
temas que no quiera cuidar del lodo. María pedirá por ti al Dios que cría al
humilde y aniquila al soberbio; y ya que María es además omnipotente con su
Hijo, será de Él ciertamente oída. Acude a Ella en todas tus cruces, en todas
tus necesidades, en todas tus tentaciones: María será tu apoyo, María será tu
consuelo; pero la principal gracia que debes pedirle es la santa humildad.
Jamás calles ni dejes de pedírsela hasta que la hayas conseguido y no temas
importunarla demasiado. ¡Oh; cuánto agrada a María esta importunidad por la
salvación de tu alma y para hacerte más aceptable a su divino Hijo! Finalmente,
le rogarás por su humildad, que fue causa de su elevación a la dignidad de
Madre de Dios, y por su divina Maternidad, que fue el fruto inefable de su
humildad, te sea siempre propicia.
sábado, 8 de octubre de 2022
HUMILDAD A SEMEJANZA DE LA VIRGEN
Del libro "Práctica de la humildad", del
entonces Cardenal Pecci, posteriormente S.S.
el Papa León XIII, cuando era obispo de Perugia.
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