sábado, 29 de agosto de 2020

PARA LA VISITA A NUESTRA MADRE MARÍA

Os diré con San Agustín: “Único refugio de los pecadores, ¡ten misericordia de mí!

“Lleguemos, pues, con segura confianza al trono de la gracia, para que alcancemos misericordia y hallemos la gracia a fin de ser socorridos en el tiempo oportuno”

Dice San Antonio que ese trono es María, en el que Dios dispensa todas las gracias. ¡Oh Reina amabilísima!, si tanto deseáis ayudar a los pecadores, aquí tenéis un gran pecador que a Vos acude; ayudadme con todo vuestro poder y hacedlo pronto.




¡Oh Poderosa Reina del Universo, Soberana llena de ternura y de bondad para todos los que os invocan! Vos sois cerca de Dios la abogada de los pecadores, el puerto seguro de los que han naufragado; sois la fuerza de los débiles, el consuelo de los afligidos, el refugio y el asilo de todos los que confían en Vos. ¡Oh Virgen Madre llena de gracias! Interceded por mí ante vuestro Divino Hijo, y con vuestra intercesión iluminad mi entendimiento, abrasad mi corazón y desatad mi lengua para que pueda celebrar vuestras alabanzas y cantar este angélico canto tan digno de Vos y tan dulce para los que os aman. ¡Salve, oh obra maestra de las manos del Omnipotente!, ¡paraíso de delicias, fuente inagotable de gracias, mediadora entre Dios y los hombres! El cielo y la tierra celebren por siempre tus alabanzas. Yo me uno a ellas para ofreceros el homenaje de un corazón que para siempre os quedará consagrado.

San Efrén



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