¡Oh! Virgen del Carmen, María
Santísima, que extendiendo tu amor hacia los Carmelitas, aún después de la
muerte, como piadosísima Madre de los que visten tu santo escapulario consuelas
sus almas, cuando están en el Purgatorio, y con tus ruegos consigues salgan
cuanto antes de aquellas penas, para ir a gozar de Dios, nuestro Señor, en la
gloria. Te ruego, Señora, me alcances de su divina Majestad cumpla yo con las
obligaciones de cristiano y la devoción del santo escapulario, de modo que
logre este singularísimo favor. Así, Señora, te lo suplico humildemente,
diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia…
miércoles, 31 de julio de 2019
sábado, 27 de julio de 2019
PRODIGIOS DEL SANTO ESCAPULARIO DEL CARMEN
SE LIMPIA UNA
LEPROSA CON EL SANTO ESCAPULARIO DE LA
VIRGEN DEL CARMEN Y AL PUNTO QUEDA LIMPIA DE SU LEPRA
Es el presente caso
singularísimo y muy conocido en todos los contornos de la ciudad de Alcalá de
Henares, por hallarse bastante próxima a la noble y antigua villa de Uceda,
donde esto sucedió y donde se venera con gran fe el Santo Escapulario
incorrupto en un precioso relicario de plata, y la lepra que quedara adherida a
él también la conservaba la devoción en una bolsita de raso en la iglesia
parroquial de Santa María de la Varga.
Esta piadosa efigie de la
Señora es hermosísima, y me parece, dice el Rvdo. P. Serrada, no haber visto
imagen más devota, ni que más mueva a devoción. Se Venera bajo el título de
Santa María de la Varga, desde que se la hallara (según refieren los naturales,
después de la expulsión de los moriscos), en el hueco de una pared maestra de
la casa de un tal don Pedro de la Varga. Estuvo tal imagen oculta en dicho
lugar por espacio de casi ocho siglos, sin que se apagara, según la tradición
popular, una lamparilla que, milagrosamente, lucía ante ella; mas, el presente
caso a que nos hemos de concretar, así como pinturas antiquísimas, existentes
en la iglesia, referentes a otros innumerables prodigios y auténticos
testimonios que se conservan en la Biblioteca de El Escorial, testifican y
clarísimamente acreditan haber sido su primera advocación del Carmen.
De ahí que, esta noble villa,
haciendo justicia en esto, como en todo lo demás, ha vuelto a esta Soberana y
Celestial Señora su bendito Escapulario, a instancias del Muy Reverendo P.
Mtro. Fr. Miguel Durán, Predicador de su Majestad y del convento de Alcalá de
Henares por los años de 1710. Desde entonces, puesto le tiene y en sus estampas
se la ve con el Santo Escapulario en la mano, para que, si la casualidad pudo
privarle por cierto lapso de tiempo de su antiguo y esclarecido título del
Carmen, se le vuelva, y como tal la manifiesten el bendito Escapulario del
milagro y el que ostenta ahora en sus preciosas manos.
Es pues, el caso, que
arrojaban de dicha villa, en una crudísima tarde de invierno, a una pobrecita
leprosa incurable, a fin de que no inficionase a otros con su contagiosa y
repugnante enfermedad. Salía la desconsolada e infeliz mujer hecha un mar de lágrimas,
al verse desechada y arrojada del consorcio humano, sobre la congoja y
aflicción de su irremediable e incurable mal, cuando al pasar por la iglesia de
Santa María de la Varga sintió, de súbito, la inspiración de entrar en ella,
para despedirse de la Virgen Santísima, de quien era devotísima la mujer. Y
poniendo en Ella los ojos de su sencilla y ardorosa fe, asió con ambas manos el
bendito Escapulario de la Virgen Santísima y restregándose con él, le decía con
devoción humilde, confiada y fervorosa: "De aquí, Señora, no me he de ir
si no me quitáis esta horrible lepra" ¡Caso verdaderamente singular y
prodigioso! ¡Oh, soberana clemencia de María Santísima!, que no desechó a la
que habían desechado los hombres, ni despreció su Virginal Pureza la inmundicia
de aquella pobrecita mujer, pues se quedó con toda su lepra en el bendito
Escapulario, dejándole el cutis tan limpio y tan fresco y rozagante como si
jamás hubiera tenido lepra, o cual si hubiera sido ésta imaginaria, pasando a
ser admiración de los hombres la que pocos minutos antes fuera objeto de
abominable asco. Olorosas y fragantes flores fueron las costras asquerosísimas
de aquella infeliz mujer, luego que se trasplantaron del cuerpo enfermo de ella
al Santo Escapulario de la Virgen del Carmen, porque exhalaban tan peregrina y
célica fragancia cual continúa hasta el presente sin interrupción. Por ello, la
devoción las reserva en una bolsa de
raso blanco junto con el Escapulario, que se da a besar en las solemnidades en
un precioso y riquísimo viril, para testimonio auténtico de este singular
prodigio.
Yo, nos dice Fr. Gabriel de
Serrada, en el año de 1770, he tenido el placer de tener en mis manos este
bendito y milagroso Escapulario, y he percibido la fragancia purísima que
conservan aquellas reliquias de la lepra, pues por más que el olfato pretenda
hacer comparaciones con otros perfumes, no se adivina cuál sea o pueda ser
aquél. Es tan antiquísimo este maravilloso prodigio que sólo pueden hacerlo
presente dos testigos: lepra y Escapulario; que después de tantísimos años, ni
la polilla le roe ni el tiempo le consume; sólo la devoción le cercena y,
pudiendo más que el sumo cuidado con que se guarda, le ha cortado algunos
pedazos de estameña que fervorosamente veneran muchos con sagrada emulación de
otros, y con ellos han experimentado muchísimos prodigios.
Esto, afirma el cultísimo y
venerable P. Fr. Gabriel Serrada, lo sé por relación verbal de algunas personas
fidedignas, y basados en el principal prodigio no creo que sea temerario el
darle entero crédito.
Lo que suplica encarecidamente
el doctísimo autor del Escudo Triunfal a los vecinos de aquella noble villa,
así a los presentes que vivían en su época, como a los venideros, por el amor y
devoción que sienten por esta celestial Señora, que es lo que más los podía
obligar, es el que adviertan que, si la devoción de cada uno de sus antepasados
hubiese quitado un hilito de estameña a aquel prodigioso Escapulario, no
hubiera llegado hasta sus tiempos este preciosísimo y riquísimo tesoro.
Lo que os suplico, les decía
después de sus maravillosos e inflamados sermones, es que no privéis, por
vuestra mal entendida devoción, el que llegue a los venideros esta rica
herencia que la fe y devoción de vuestros antepasados fielmente os conservó
hasta el momento presente.
Esta es la verdadera devoción
y el santo celo; conservar incólume el fundamento que la sustenta y la fomenta
para que, así presentes como venideros, demos continuamente rendidas y
fervorosas gracias a la Virgen Santísima del Carmen por los innumerables
beneficios que se dignó concedernos.
Milagros y Prodigios del Santo
Escapulario del Carmen
por el P. Fr. Juan Fernández
Martín, O.C.
sábado, 20 de julio de 2019
ORACIONES DE LOS SANTOS A NUESTRA MADRE MARÍA
¡Oh Santa Madre de Dios!
¡Dignaos protegernos y conservarnos bajo las alas de vuestra Piedad y de
vuestra Misericordia!
|
¡Oh Madre de Dios, Madre de
misericordia! Socorredme durante el curso de mi vida, y libradme de los ataques
de mis enemigos en la hora de mi muerte. Conservad mi pobre alma y disipad el
tenebroso aspecto de los demonios en el momento supremo de mi juicio. Preservadme
de la eterna condenación. Colocadme en el número de los Santos y hacedme entrar
en la gloria de vuestro divino Hijo y participar de la herencia de los hijos de
Dios. Amén.
San Epifanio de
Salamina
martes, 16 de julio de 2019
¡OH MADRE DEL CARMEN!
Te ruego, Señora, me alcances la gracia de vivir siempre como verdadero cristiano y amante del Santo Escapulario, a fin de que merezca lograr los frutos de esta hermosa devoción |
¡Oh! Virgen del Carmen, María
Santísima, que ejerces tu especial protección en la hora de la muerte para con
los que devotamente visten tu santo escapulario, a fin de que logren por medio
de la verdadera penitencia salir de esta vida en gracia de Dios y librarse de
las penas del infierno. Te ruego, Señora, me asistas, ampares y consueles en la
hora de mi muerte, y me alcances verdadera penitencia, perfecta contrición de
todos mis pecados, encendido amor de Dios y ardiente deseo de verle y gozarle,
para que mi alma no se pierda ni condene, sino que vaya segura a la felicidad
eterna de la gloria. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia…
sábado, 13 de julio de 2019
¡OH MADRE DEL CARMEN!
Mater et Decor Carmeli, ¡ora pro nobis! |
¡Oh! Virgen del Carmen, María
Santísima, que en tu santo Escapulario diste a los que devotamente lo visten,
un firmísimo escudo para defenderse de todos los peligros de este mundo y de las
asechanzas del demonio, acreditando esta verdad con tantos y tan singulares
milagros. Te ruego, Señora, que seas mi defensa poderosa en esta vida mortal,
para que en todas las tribulaciones y peligros encuentre la seguridad, y en las
tentaciones salga con victoria, logrando siempre tu especial asistencia para
conseguirlo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia…
miércoles, 10 de julio de 2019
PRODIGIOS DEL SANTO ESCAPULARIO DEL CARMEN
UN
ÚLTIMO CASO QUE NOS PERSUADE DE ESTA VERDAD DEL PRIVILEGIO SABATINO
En la vida de la venerable
madre Sor Francisca del Santísimo Sacramento, Carmelita descalza, que murió en
olor de santidad, se nos dice que, habiendo muerto una religiosa que había sido
por varios años su prelada, se le apareció a la venerable manifestándole, con
su aspecto y sus palabras, ser atormentada con horribles penas en el
Purgatorio, por haber en algo faltado a sus reglas, suplicando encarecidamente
a la venerable se las aliviase con sus oraciones, porque aún le faltaba no poco
que padecer. Como hubiera ya muchos días que había muerto la prelada, admirada
la angelical Sor Francisca, le preguntó: "Pues, qué, ¿no le ha valido la
bula sabatina?" A lo cual respondió el alma, para ejemplo y consuelo
nuestro: "A los que cumplen con las prescripciones que nos dejó Nuestra
Señora cuando las concediera al Sumo Pontífice Juan XXII los saca
infaliblemente nuestra dulce Madre, pero ¡ ay!, que por desgracia son bastante
pocos los que cumplen con tan nimias prescripciones de la Virgen
Inmaculada".
¡Oh, flaqueza de la mísera
condición humana!, pues siendo tan poquísimo lo que nos pide María Santísima
son pocos los que cumplen cual deben con semejantes obligaciones. Procura,
pues, ser tú uno de éstos, para que, si eres llamado a gozar de esta gran
indulgencia sabatina, seas también de los escogidos, logrando la felicidad
eterna de sus frutos, y da mil gracias a la Santísima Virgen, que, por su
piedad y clemencia, jamás deja de cumplirnos su promesa, si es que nosotros
somos fieles y constantes en cumplir como buenos hijos para con Ella.
Milagros y Prodigios del Santo
Escapulario del Carmen
por el P. Fr. Juan Fernández
Martín, O.C.
sábado, 6 de julio de 2019
lunes, 1 de julio de 2019
PRODIGIOS DEL SANTO ESCAPULARIO DEL CARMEN
VIRTUD DEL SANTO ESCAPULARIO CONTRA LOS DEMONIOS, EXPERIMENTADO POR UN INDIO
Radix Iesse germinans
flosculum nos ad esse tecum in saeculum patiaris. Inter spinas quae crescis
lilium serva puras mentes fragilium tutelaris
|
La experiencia que los devotos del Santo Escapulario tienen de su poderosa virtud contra los demonios está calificada y comprobada con muchos sucesos prodigiosos; el que sigue, narrado, por el P. Fr. Francisco de la Madre de Dios, es uno más entre los infinitos que podríamos aducir en confirmación de esta verdad.
En la villa de Salayas, en las Indias, existió un pobre labriego de tan depravadas costumbres, que le hicieron rendir vasallaje al demonio y que ya de por vida le fuese su esclavo. Valiéndose una vez de este dominio, le arrebataron de repente los demonios y llevándole por los aires le arrojaron en un mezquital, árbol muy espinoso, donde se hallaba muy atormentado e imposibilitado de salir de él por medios o fuerzas humanas, por ser grande su espesura y hacerle impenetrable las muchas espinas que tiene, tanto que nadie puede llegarse al centro de él.
Viéndose el pobre hombre en tan miserable estado, y que no podía valerse por sí mismo, comenzó a implorar el favor de la Santísima Virgen del Carmen en tan peligroso trance, ofreciendo imponerse su bendito Escapulario y llevarlo siempre durante toda su vida, haciéndose perpetuo esclavo de María Santísima y dejando la miserable y ominosa esclavitud de Lucifer que sus pecados le habían impuesto. En tal ocasión acertó a pasar por allí un pobre vaquero, el cual, oyendo las voces de socorro con que imploraba le ayudasen a salir de aquel suplicio horroroso, se detuvo y oyó de labios del desdichado lo que los demonios hicieran con él. Después de escucharle y compadecerle, le preguntó el cuitado si llevaba el Escapulario de la Virgen del Carmen, y habiéndole contestado afirmativamente, le rogó que se lo alargara, pues en él tenía puesta toda su esperanza de salvación en tan terrible trance y con su auxilio esperaba librarse de los ardides del astuto e infernal enemigo.
Entonces el vaquero, quitándose el suyo y poniéndole en la punta de una garrocha que llevaba, se lo dio de esta guisa, por no poder de otra manera hacerle llegar hasta él, por las espesuras de las espinas del mezquital. Recibió el labriego el Escapulario, lo besó reverentemente y se lo puso sobre el pecho con gran devoción y confianza, hallándose en el mismo instante milagrosamente en tierra, sin saber cómo ni por qué virtud se hallaba ileso.
Libre del peligro en que se hallaba metido, dio gracias al Señor y a su bendita Madre y se fueron juntos en dirección al convento de nuestros Padres, a fin de dar cuenta a los religiosos de tal maravilla y para que le pusieran el Escapulario de la Virgen.
Llegados a las puertas de la villa, le pidió el vaquero su Escapulario, por tener que ausentarse y hallarse ya muy próximos al convento. Apenas se hubo quitado el Escapulario y entregándolo al vaquero, cuando nuevamente fue el infeliz arrebatado del diablo, quien, llevándole por los aires, le dejó en el mismo sitio de antes; mas el vaquero, que ya conocía las astucias del diablo por el caso anterior, acudió muy presto al lugar y viéndole en el mismo peligro, acudió a igual diligencia de alargarle su Escapulario, con el que milagrosamente se halló de nuevo libre.
Volvieron de nuevo al convento, sin dejar nuestro hombre el Santo Escapulario hasta que tuvo impuesto el suyo, refiriendo el caso a los religiosos, los cuales dieron gracias a la Santísima Virgen y le admitieron en el seno de la religión, siendo el hombre, de allí en adelante, el más ferviente esclavo de María y el más ferviente propagandista en América de la devoción del Santo Escapulario.
Milagros y Prodigios del Santo Escapulario del Carmen
por el P. Fr. Juan Fernández Martín, O.C.