LA
CRUCIFIXIÓN Y MUERTE DEL SEÑOR
Consummatum est! |
Oración.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario!
¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para
ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en memoria de tus gozos, cada
flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una
gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos
no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al
recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes
misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.
Cuanto te pido, lo recibiré, y
demuestra que eres mi Madre.
LA CRUCIFIXIÓN Y
MUERTE DEL SEÑOR
¡Oh afligida Madre!, Virgen
María, medito ahora el Misterio de la Crucifixión. Después de despojarle a tu
Divino Hijo de sus sagradas vestiduras, le clavaron en la Cruz donde expiró
después de tres horas de agonía, y durante este tiempo, oraba ante su Padre
implorando perdón para sus enemigos.
Yo, humildemente te ofrezco: 1
Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria
Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de
Amar a mis Enemigos y reverentemente deposito a tus plantas estas flores
espirituales.
Acción de Gracias.- ¡Dios te salve María, Reina del Santo Rosario!
¡Madre mía, salve! Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una corona
de, flores. Rosas de color rojo, en memoria de los dolores que sufriste junto a
tu Hijo Divino, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con
una petición para una gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos,
no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al
recibir estas ofrendas recibe, asimismo, mis peticiones; de tus misericordias
espero la gracia y favores que con confianza te pido.
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