LA
PRESENTACIÓN
Oración.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario! ¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en memoria de tus gozos, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una gracia particular.
¡Oh Excelsa Reina!, dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.
Cuanto te pido, lo recibiré, y demuestra que eres mi Madre.
LA PRESENTACIÓN
¡Dulce Virgen María!, medito ahora el Misterio de la Presentación. Obediente a la ley de Moisés fuiste al Templo de Jerusalén, donde las primeras gotas de la sangre preciosa fueron derramadas, y donde el Profeta Simeón, teniendo en sus brazos al Divino Niño, dio gracias al Padre por haber tenido ya la dicha de ver al Salvador.
Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria
Uno a estas diez rosas, mi petición para poseer la virtud de la Pureza y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.
Acción de Gracias.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario,
Madre mía!, ¡Salve! Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una
corona de Rosas blancas flores en memoria de tus gozos, cada flor te recordará
un misterio, cada diez flores van con mi petición de una bendición.
¡Oh Excelsa Reina,
dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti claman! Vos
no podéis mirar mis ofrendas sin atender a mis súplicas. Recibe mi ofrenda y
recibe también mi agradecimiento; por tu bondad, dame la ayuda que confiado
espero en Ti.
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