miércoles, 10 de octubre de 2018

MEDITACIONES SOBRE EL SANTO ROSARIO, 3º MISTERIO GLORIOSO

LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO



Oración.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario! ¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en memoria de tus gozos, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una gracia particular.

¡Oh Excelsa Reina!, dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.

Cuanto te pido, lo recibiré, y demuestra que eres mi Madre.

LA VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO

¡Oh gloriosa Madre, Virgen María!, medito ahora el Misterio de la Venida del Espíritu Santo, cuando los Apóstoles reunidos contigo en una casa en Jerusalén, descendió el Espíritu Santo en formas de lenguas de fuego, inflamando los corazones de los apóstoles con el Divino Amor, infundiéndoles la sabiduría, dándoles el don de poseer todos los lenguajes, y llenándote con la plenitud de Su Gracia, te inspiró para que oraras por los apóstoles y los primeros Cristianos.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Caridad y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.


Acción de Gracias.- ¡Dios te salve María! ¡Reina del Santo Rosario! Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una corona de Rosas blancas flores en memoria de tus alegrías, fruto de los sufrimientos de tu Hijo Divino, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con una petición para una gracia particular.


¡Oh Excelsa Reina, dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a ti acuden! Vos no podéis menospreciar esta ofrenda con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas, ofrendas, recibe, asimismo mis peticiones; de tus misericordias espero la gracia y favores que con confianza te pido.



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