sábado, 12 de mayo de 2018

MES DE MAYO, MES DE MARÍA

Por Medio de María se puede esperar todo; porque es la más perfecta y la más elevada de las criaturas

DÍA CUATRO

LA YERBA BUENA O YERBA SANA, Y LA ROSA SIN OLOR

Lo que llamamos yerba buena es uno de los adornos de nuestros jardines y huertas. Es verdad, no tiene otras cualidades que su color verde, su perpetuidad, su gran multiplicación al borde de los arroyos, y además, su gran fragancia cuando se toca, se divide y se pisa. Tiene, además, varias virtudes y propiedades para el servicio nuestro. Únase la yerba buena con la rosa sin olor, y tendrá el ramillete de hoy olor y belleza.

LA MISERICORDIA

La caridad para con los prójimos, o sea el amor de Dios, al difundirse desde nuestros corazones hacia los prójimos, produce en nuestras almas un efecto que le es muy natural, tal es la misericordia; esto es, le dispone a tomar parte y a mirar por propias las necesidades de nuestros prójimos. El que no tiene un corazón que parte las penas con sus prójimos, mirándolas como cosa suya, no tiene misericordia; esto es, un corazón afectado a la presencia de la miseria y de las necesidades ajenas; y el que no usa de misericordia, no hallará en Dios misericordia. En el jardín misterioso de la Iglesia, ninguna planta hemos encontrado que más se acomode en sus propiedades y virtudes a la misericordia que la yerba buena o yerba sana.

LA MISERICORDIA EN MARÍA

María, desde su concepción inmaculada, tomó como propia la causa de todos los hijos de Adán, y movida e impulsada   por esta virtud, negoció eficazmente con Dios nuestra salvación. Esa Madre de misericordia toma por suyas las necesidades de sus hijos.

YERBA BUENA Y LA ROSA DE TODO EL AÑO A MARÍA

¿Tienes amor verdadero a Dios y a tus prójimos? Si tienes caridad, la misericordia es una hija suya, y estará contigo: y si hay en ti misericordia, padecerás por todas aquellas causas y motivos por los que sufrió y padeció Jesús y María su santísima Madre. Tendrás pena y compasión de los males morales gravísimos que afligen a nuestra santa madre la Iglesia; y tomando por propias las miserias y necesidades espirituales de las almas, te sacrificarás por ellas.

PRESENTACIÓN DE LA ROSA A MARÍA

ORACIÓN.- Señora, ¿qué puedo yo hacer para el bien de las almas? Yo me ofrezco en sacrificio al pie de la cruz para su salvación. Yo me obligo, yo me comprometo a poner por obra la misericordia de aquel modo y bajo la forma que me sea designada por las leyes de la caridad. Recibid, Señora, esta mi ofrenda; aceptad este ramo siempre verde; bendecid mis propósitos; alcanzadme las gracias y dones que necesito para conservar esta virtud en mi corazón.

Beato Francisco Palau OCD



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