sábado, 6 de enero de 2018

PRIMEROS ADORADORES (Los Magos)

Recuerda el momento de ocultarse la estrella ¿No sería mejor volverse para atrás? Piensa qué hubiera sido de los Magos, si así lo hubieran hecho. ¡Qué lástima! Estar a las puertas de conseguir su destino y al fin de su viaje, volverse perdiéndolo todo. ¡Qué imagen más perfecta de tu inconstancia!

Una revelación especial les lleva a Belén, una estrella aparece en el Cielo y una inspiración suena en su corazón y dóciles a este llamamiento, se ponen en camino. Mira qué docilidad y qué prontitud en su obediencia. En seguida lo dejan todo, patria, casa, familia, comodidades, por emprender un camino largo y sumamente penoso. Humanamente esto es una locura. Convéncete de una vez que para el mundo y para la prudencia de la carne, parecen locuras las cosas de Dios y, no obstante, tú debes amar y buscar esas divinas locuras. Recuerda el momento de ocultarse la estrella. ¡Qué dudas! ¡Qué vacilaciones! ¿Se habrían equivocado? ¿No sería mejor volverse para atrás? Piensa qué hubiera sido de los Magos, si así lo hubieran hecho. ¡Qué lástima! Estar a las puertas de conseguir su destino y al fin de su viaje, volverse perdiéndolo todo. ¡Qué imagen más perfecta de tu inconstancia! No olvides que solo el que persevera, triunfa y que la constancia es distintivo del amor.

Mírales ya en Belén. El triunfo es completo, la estrella vuelve y les guía hasta la misma cueva donde está el Niño, Otra dificultad. Ellos, Reyes que buscan un Rey, ¿van ahora a entrar en una cueva de animales? He aquí el mérito de la fe: no se guía por apariencias y cree lo que no ve. A través de aquella pobreza, los Magos descubren la Divinidad y la adoran.

Contémplales en el momento de ofrecerle sus dones y medita en su significado. Aquí todo habla de sacrificio todo nos anima a Él. Sacrificio por amor, que representa el oro. Sacrificio por la oración, que simboliza el incienso. Sacrificio por la mortificación y penitencia exterior, que significa la mirra. Solo por el sacrificio se encuentra a Jesús. Solo el sacrificio es el don que agrada a Jesús.

Dice el Evangelio: “Y encontraron al Niño con su Madre, María”. No despreciemos este detalle. Otra vez tenemos que el Evangelio nos lo recuerda: “El Niño está con su Madre”. María aquí aparece instruyendo a los gentiles por primera vez. Por Ella entran los Magos y con Ella el mundo pagano, en el Cristianismo. A Ella debemos nuestra fe. Aprendamos a adorar y a amar a Jesús, siempre en los brazos de su Madre y por medio de Ella, ofrezcámosle hoy al Niño querido, nuestros dones y nuestro corazón.

Pensemos que también para nosotros hay una estrella, una vocación que hemos de seguir a pesar de todas las dificultades, aunque llegue a ocultarse y no veamos el término a donde vamos a parar. Seamos fieles en seguir esa vocación y constantes a toda prueba. No desechemos ninguna inspiración del cielo, que tantos bienes nos puede traer.

En fin, veamos que para nosotros hay también otra estrella que siempre luce y brilla, que nunca se oculta y que si queremos, siempre la podemos seguir. Esta estrella es María, nuestra Madre querida. Ella nos guiará y nos alentará en los momentos difíciles. No tienes más que levantar los ojos y mirarla y siempre la verás alumbrando los pasos de tu vida y guiando los movimientos de tu corazón: “Mira la estrella siempre, invoca a María”, dice San Bernardo. 



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