miércoles, 23 de agosto de 2017

PENSAMIENTOS SOBRE EL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, SEGÚN EL ESPÍRITU DE FÁTIMA

Desagravio al Corazón de María

"Que no ofendan más a Dios Nuestro Señor, que ya está muy ofendido"

13/10/1917 - Sexta Aparición

La Virgen pidió en Fátima a los tres niños ofrecieran sacrificios en reparación de las ofensas que se infieren a su Inmaculado Corazón. Pidió en particular la comunión reparadora de los Primeros Sábados.

Lo que sostiene a este mundo pecador es el espíritu de reparación, que llega a su valor más alto en el Santo Sacrificio de la Misa, donde Nuestro Señor encabeza las reparaciones y desagravios de la Iglesia toda a su Eterno Padre.

Se ofende a Dios, y se ofende mucho también a su amadísima Madre, cuyo Corazón gime atravesado por la Espada. "Ese vaso de santidad -exclama San Buenaventura- ¿cómo se ha trocado en mar de penalidades?" La Virgen Madre puede responder: "Hijos he criado y exaltado, mas ellos me despreciaron".

¡Penitencia! nos dice María en Fátima como en Lourdes. Sí: Fátima es un pregón de penitencia para esta época en que se niega la gravedad del pecado, se glorifica el sensualismo y se concretan las aspiraciones a gozar de esta vida.

No volver a pecar: esto es lo primero en el verdadero penitente. Y luego, mortificarse y sufrir por Dios. Oigamos, pues, el clamor de María: ofrezcamos oraciones, buenas obras y sacrificios en desagravio a su afligido Corazón.



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