lunes, 1 de mayo de 2017

MES DE MAYO, MES DE MARÍA (con el Santo Padre Benedicto XVI)

A Jesús por la Inmaculada

"Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice: No les queda vino... Luego dice a los sirviente: haced lo que Él os diga" (S. Jn 2, 3-5)

Para llegar a Jesús, Luz Verdadera, Sol que disipó todas las tinieblas de la historia, necesitamos luces cercanas a nosotros, personas humanas que reflejen la Luz de Cristo e iluminen así el camino por recorrer. ¿Y qué persona más luminosa que María? ¿Quién mejor que Ella, aurora que anunció el día de la salvación, puede ser para nosotros estrella de esperanza?

Por eso la liturgia nos hace celebrar…, cerca de la Navidad, la fiesta solemne de la Inmaculada Concepción de María: el misterio de la gracia de Dios que envolvió desde el primer instante de su existencia a la Criatura destinada a convertirse en la Madre del Redentor, preservándola del pecado original. Al contemplarla, reconocemos la altura y la belleza del proyecto de Dios para todo hombre: ser santos e inmaculados en el amor, a imagen de nuestro Creador.

¡Qué gran don tener por Madre a María Inmaculada! Una Madre resplandeciente de belleza, transparente de amor de Dios. Pienso en los jóvenes de hoy, que han crecido en un ambiente saturado de mensajes que proponen falsos modelos de felicidad. Esos muchachos y muchachas corren el peligro de perder la esperanza, porque a menudo parecen huérfanos del verdadero amor, que colma de significado y alegría la vida.

De las palabras de SS Benedicto XVI en el rezo del Ángelus, 
el día 8 de diciembre de 2007

Propuesta de una flor a la Virgen: Haz un pequeño sacrificio ofreciéndolo para que entre los niños y jóvenes de tu pueblo surjan vocaciones a la vida consagrada y el sacerdocio.



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