sábado, 10 de septiembre de 2016

LETANÍA REPARADORA AL DOLORIDO E INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

De los insultos que los protestantes y otros herejes lanzan contra tu culto dulcísimo, te consolaremos ¡oh María!

¡Oh Madre nuestra dulcísima! Permite por piedad, que nosotros tus devotos hijos, unidos en un solo pensamiento de veneración y amor, vengamos a reparar las horrendas ofensas que cometen contra Ti tantos desventurados que no conocen el paraíso de bondad y de misericordia de tu corazón maternal.

De las horribles ofensas que se cometen contra tu dulcísimo Jesús, te consolaremos ¡oh María!


De la espada de dolor que hijos degenerados quieren nuevamente clavar en tu Corazón maternal, te consolaremos ¡oh María! 


De las blasfemias nefandas que se vomitan contra tu Purísimo y Santísimo Nombre, te consolaremos ¡oh María!


De las infames negaciones que se hacen de tus privilegios y de tus glorias más excelsas, te consolaremos ¡oh María!


De los insultos que los protestantes y otros herejes lanzan contra tu culto dulcísimo, te consolaremos ¡oh María!


De las sacrílegas afrentas que los impíos cometen contra tus carísimas imágenes, te consolaremos ¡oh María!


De las profanaciones que se cometen en tus santuarios, te consolaremos ¡oh María!


De las ofensas contra la virtud angelical que en Ti se personifica, te consolaremos ¡oh María!


De los ultrajes que se cometen con las modas perversas, contra la dignidad de la mujer, por Ti reivindicada y santificada, te consolaremos ¡oh María!


De los horrendos delitos con que se aparta a los inocentes de tu seno maternal, te consolaremos ¡oh María!


De las incomprensiones de tus derechos divinamente maternales, por parte de tantas madres, te consolaremos ¡oh María!


De las ingratitudes de tantos hijos a tus gracias bellas, te consolaremos ¡oh María!


De la frialdad de tantos corazones frente a tus ternuras maternales, te consolaremos ¡oh María!


Del desprecio de tus invitaciones de amor, te consolaremos ¡oh María!


De la cruel indiferencia de tantos corazones, te consolaremos ¡oh María!


De tus lágrimas maternales, te consolaremos ¡oh María!


De las angustias de tu Dulcísimo Corazón, te consolaremos ¡oh María!


De las agonías de tu Alma Santísima en tantos Calvarios, te consolaremos ¡oh María!


De tus suspiros de amor, te consolaremos ¡oh María!


Del martirio que te ocasiona la pérdida de tantas almas redimidas por la sangre de tu Jesús y por tus lágrimas, te consolaremos ¡oh María!


De los horrendos atentados que se cometen contra tu Jesús, que vive en su Vicario y en sus sacerdotes, te consolaremos ¡oh  María!


De la conjuración infernal contra la vida de tu Jesús en su Iglesia, te consolaremos ¡oh María!

ORACIÓN

¡Oh Madre Santa Dulcísima, que en el heroísmo de tu Amor Maternal, al pie de la cruz, rogaste por aquellos crueles que martirizaban tan atrozmente a tu amado Hijo Jesús y desgarraban tu Corazón ternísimo! Ten piedad de todos los desventurados e indignos que te ofenden; haz que ellos también puedan ser acogidos en tu seno maternal, purificados por tus lágrimas benditas, y admitidos a gozar los frutos admirables de tu maternal misericordia. Amén.



Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, líbranos de las penas del infierno


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