miércoles, 29 de abril de 2015

SALUS POPULI


Existen enfermedades por las que la Virgen siente todavía mayor compasión: las del alma. En efecto, cuántos cristianos enfermos hay, cuya alma es débil en la fe, en la piedad, en el fervor; que tienen una vida espiritual lánguida; que llevan consigo todas las características de la tibieza, y que pronto pueden caer en las profundidades del abismo. Pues bien, principalmente por esas almas es por las que María se complace en interceder ante su Hijo, y cuyas oraciones y gemidos Ella tiene más satisfacción en atender.

P. Martín Berlioux



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