martes, 3 de febrero de 2015

ORACIONES A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA PARA CADA UNO DE LOS DÍAS DE LA SEMANA

MARTES

¡Oh Madre mía Dulcísima!, en la sangre de Jesucristo y en vuestra intercesión pongo toda mi esperanza

¡Oh María Santísima, Madre de bondad y de misericordia!, considerando mis pecados y pensando en el momento de mi muerte, tiemblo y estoy confuso. ¡Oh Madre mía Dulcísima!, en la sangre de Jesucristo y en vuestra intercesión pongo toda mi esperanza. ¡Oh Consuelo de los afligidos!, no me dejéis en aquel trance; no dejéis de consolarme en tan grande aflicción. Si ahora me causa tan gran tormento el recuerdo de mis pecados, la incertidumbre del perdón, el peligro de caer de nuevo y el rigor de la divina justicia ¿qué será de mí en aquella hora? ¡Ah Señora mía!, antes de que llegue la muerte, alcanzadme una gran contrición de mis pecados, una verdadera enmienda y la fidelidad a Dios en lo que me queda de vida. Y cuando llegue el tiempo de mi muerte, ¡Oh María, esperanza mía!, ayudadme en aquellas angustias en que me he de encontrar; dadme fuerzas para no desesperar a la vista de mis culpas que el demonio pondrán delante de mí. Haced que entonces os invoque con más frecuencia, para que expire con vuestro Dulcísimo Nombre en los labios y con el de vuestro Santísimo Hijo. Quiero y espero de Vos esta gracia que habéis hecho a tantos devotos vuestros. Así sea.

Tres Avemarías en reparación de las blasfemias contra la Santísima Virgen María.



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