sábado, 17 de enero de 2015

LA ORACIÓN PREDILECTA DE MARÍA

La Santísima virgen, entrega el Rosario a Santo Domingo de Guzman - Santuario de Lourdes, Francia

No es posible expresar cuánto prefiere la Santísima Virgen el Rosario a las demás devociones, cuán benigna se muestra para recompensar a quienes trabajan en predicarla y cultivarlo y cuán terrible, por el contrario, contra quienes se oponen a este modo de oración.

Santo Domingo no puso en nada tanto empeño durante su vida como en alabar a la Santísima Virgen, predicar sus grandezas y animar a todo el mundo a honrarla con el Rosario. La poderosa Reina del Cielo, a su vez, no cesó de derramar sobre el Santo bendiciones a manos llenas.

Ella coronó sus trabajos con mil prodigios y milagros y él alcanzó de Dios cuanto pidió por intercesión de la Santísima Virgen.

San Luis María Grignion de Montfort
“El secreto admirable del Santísimo Rosario”




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