Soy la escalera de los pecadores, la esperanza y el perdón de los culpables |
Yo soy la Madre de la misericordia, llena de caridad y de
dulzura. Soy la escalera de los pecadores, la esperanza y el perdón de los
culpables, el consuelo de los afligidos y el gozo particular de los santos.
Vengan a mí todos ustedes que me aman, y quedarán satisfechos en medio de mis
consuelos, porque soy buena y misericordiosa para con todos los que me invocan.
Vengan todos, justos y pecadores, y yo rogaré al Padre
por ustedes. Rogaré también al Hijo para que se reconcilie con ustedes en el
Espíritu Santo. Los invito a todos, los espero a todos, deseo que todos vengan
a mí. No desprecio a ningún pecador; sino, al contrario, por un pecador que se convierte,
me regocijo con gran afecto junto con los ángeles de Dios en el cielo. Porque
no en vano ha sido derramada por el mundo la sangre de mi Hijo.
Acérquense entonces a mí, hijos de los hombres: observen
mi celo para con ustedes ante Dios y ante mi Hijo Jesucristo. Está claro:
cargaré sobre mí su ira y aplacaré con mis fervorosas plegarias a aquel que,
como ustedes saben, han ofendido.
Conviértanse y vengan; hagan penitencia, y yo invocaré el
perdón para ustedes. No lo olviden: yo estoy situada entre el cielo y la tierra,
entre Dios y el pecador; y obtengo con mis ruegos que este a mundo no perezca.
Pero no quieran abusar de la misericordia de Dios ni de mi clemencia; más bien
manténganse alejados de todo pecado, para que no descienda sobre ustedes su ira
ni su temible venganza.
Exhorto a mis hijos, insto a los que tanto amo: sean
imitadores de mi Hijo y de la que es Madre de ustedes. Acuérdense de mí, que no
puedo olvidarme de ustedes, porque siento compasión de todos los desdichados y
soy una muy misericordiosa abogada de todos los fieles.
"Imitación de María" Beato Tomás de Kempis