miércoles, 31 de diciembre de 2014

PARA TERMINAR EL AÑO...

En reparación de la injurias inferidas a la Bienaventurada Virgen María...

¡Virgen Bendita, Madre de Dios!, dirigid benignamente vuestra mirada desde el cielo, donde estáis sentada como Reina, sobre este miserable pecador
¡Virgen Bendita, Madre de Dios!, dirigid benignamente vuestra mirada desde el cielo, donde estáis sentada como Reina, sobre este miserable pecador, siervo vuestro. El, aunque conocedor de su indignidad, en reparación de las ofensas que os hacen las lenguas impías y blasfemas, desde lo íntimo de su corazón, os bendice y ensalza como la más Pura, la más Bella y la más Santa de todas las criaturas. Bendecid vuestro Santo Nombre, bendecid vuestras sublimes prerrogativas de Madre de Dios, siempre Virgen, concebida sin mancha de pecado, de corredentora del género humano. Bendecid al Eterno Padre, que os escogió de un modo particular como Hija; bendecid al Verbo encarnado, que, vistiéndose la humana naturaleza en vuestro purísimo seno, os hizo su Madre; bendecid al Divino Espíritu, que os quiso por Esposa. Bendecid, ensalzad y dad gracias a la Trinidad Augusta que os escogió y os amó tan preferentemente hasta levantaros por encima de todas las criaturas a la más sublime alteza. ¡Oh Virgen Santa y Misericordiosa!, alcanzad el arrepentimiento a vuestros ofensores y aceptar complacida este pequeño obsequio de vuestro siervo, obteniendo también para él de vuestro Divino Hijo el perdón de los propios pecados. 
Así sea.

Indulgencia de quinientos días (S. C. S. Oficio, 22 ener. 1914; S. Pen. Ap., 4 dic 1934.)


martes, 23 de diciembre de 2014

ORACIONES DE LOS SANTOS A NUESTRA MADRE MARÍA


Vos sois, ¡oh María!, la Esposa de la Santísima Trinidad, y el oculto tesoro de los bienes que dispensa; la gracia os ha sido concedida sin límites. Por Vos se ha levantado Eva de su caída y Adán ha sido admitido en el paraíso de donde había sido arrojado por la culpa. Por Vos, Santísima Virgen, y con vuestro socorro se ha concedido al mundo la paz celestial, y contados los hombres, como los ángeles, en el número de los siervos, de los amigos y de los hijos de Dios. Por Vos ha sido rechazada la muerte, despojado el infierno, derribados los ídolos, y propagado el conocimiento del cielo y de vuestro Divino Hijo por toda la tierra. Dignaos, pues, Señora, interceder en nuestro favor para que así tengamos la seguridad de alcanzar algún día el inmenso bien que Vos gozáis en toda su plenitud. Amén.

San Epifanio



sábado, 20 de diciembre de 2014

CONOCIENDO A MARÍA

NUESTRA SEÑORA DE LAS CRUCES, PATRONA DE DAIMIEL


Un mancebito, natural de la villa del Moral, volvía a su pueblo dirigiendo un jumento en que llevaba dos costales de harina desde los molinos del Guadiana, en tiempo que hacía mucho calor: cayó el animal y no pudiendo levantarse con la carga, se halló el afligido niño con dos dificultades imposibles de vencer; la una, que no podía por si solo cargar los costales que echó a tierra para que el animal pudiera levantarse, y la otra, que se le había quebrado una vasija de barro que traía llena de agua y habiéndose vertido, perecería de sed. Recorrió el campo y no hallando quién le amparase, se le aumentó la pena. En esta aflicción acudió al favor de Dios y acordándose de María Santísima la invocó muy de veras pidiéndole fuese su intercesora.

Se le apareció esta Divina Señora cercada de ángeles y resplandores; y repentinamente halló Juan (que así se llamaba el mancebo), su jumento con los costales cargados y la vasija entera y llena de agua; hablóle esta Soberana reina, diciéndole entregase a sus padres el trigo molido y después fuese a la villa de Daimiel y manifestase a la justicia, de su parte, que en aquel sitio (señalándole con sus plantas santísimas) era voluntad de su Hijo y suya que edificasen un templo con el título de SANTA MARIA DE LAS CRUCES, en donde fuese su nombre venerado. Cumplió el mancebito con lo que se le había mandado, vinieron las Autoridades de Daimiel y otras muchas personas y encontraron este soberano simulacro y una vela encendida, en donde le edificaron una bella Ermita y Casa, (Vide Flos Santos, Benedict. del R. Padre M. Fr. Antonio de Hered., tomo I, página 479.)

Son tantos los prodigios que obra la grandeza de Dios por intercesión de María Santísima de las Cruces que parece que por esta Soberana Reina fueron dichas aquellas palabras de mi Padre San Bernardo: Omnibus omnia facta est María, ut de plenitudine ejus accipiant universi, captivus redentionen, ejer curationem, tristis consolationem, pecator veniam, justus gratiam et Angelus letitiam, (Govea, tomo I, pág. 187) “En María y por María- dice el Santo-tienen los cautivos rescate; los enfermos, salud; los desconsolados, alivio; los pecadores, perdón; los justos, gracia, y los Ángeles alegría.”

Es el templo de María Santísima de las Cruces, conforme lo que dice San Gregorio Thaumaturgo, oficina de todos los prodigios: Omnium miraculorum oficina. (Govea, Tomo I, pág. 388.) Porque no hay enfermo que en él no halle salud, afligido que no halle alivio, necesitado que no encuentre remedio, perseguido que no halle socorro. Todos tienen seguro el amparo, pronta la medicina y cierta la consolación, porque es casa de clemencia, domicilio de misericordia y hospicio de benignidad. Díganlo tantas mortajas como en él se ven, no como despojos de la muerte, sino como triunfos de la vida; díganlo tantos pies, tantas manos y tantos brazos cuantos puso allí la grandeza del beneficio para hacer inmortal la deuda del agradecimiento, y, finalmente, díganlo los moradores de Daimiel, cuantas veces se ha llevado al pueblo por necesidad de agua que no hayan tenido pronto el socorro.

 DAIMIEL

Después de muchas diligencias y molestar a varios amigos literatos han podido adquirirse, acerca de esta villa, las noticias siguientes: 1ª Que Daimiel era, en lo antiguo, una población más numerosa que en los tiempos posteriores. 2ª Que fue devastada cuando los sarracenos ocuparon nuestra Península. 3ª Que fue la primera que se reparó después de las gloriosas jornadas de Don Alonso X. 4ª Que a mediados del siglo XIII, siendo ya villa, fue donada por el Rey don Sancho IV a los caballeros de Calatrava, en el mismo año en que murió Don Alonso, Emperador de las Españas. 5ª y última, que ha producido grandes capitanes y hombres muy distinguidos en las letras entre los últimos Juan de Fontecha, que escribió varias obras de medicina en latín y castellano. 

SANTUARIO DE LAS CRUCES

Acerca de éste se han adquirido las siguientes noticias: 1ª Que se llama aquel Campo de las Cruces, porque habiendo ocurrido una acción de guerra entre moros y cristianos, éstos pusieron en sepulturas separadas los cadáveres de los suyos, colocando cruces en ellas; 2ª. Que la aparición de la Virgen se verificó a fines del siglo XV o principios del XVI, atendiendo a que por entonces se hallaba establecida en Ciudad Real una Cancillería, y según don Antonio Ponz, en su viaje de España, la Cancillería residió en dicha ciudad desde el año 1494 hasta 1505, en que se trasladó a Granada por orden de los Reyes Católicos; 3ª. Y última, que el joven Juan recibió el sagrado orden del Presbiterado y consagró toda su vida al culto de la Virgen de las Cruces y que sus restos mortales fueron colocados en aquel sepulcro que se distingue en la iglesia del santuario.

REPARACIÓN DEL MISMO

En el año de 1845 se hallaba aquel edificio en muy mal estado, a consecuencia de circunstancias a todos notorias; pero la ilustre Corporación municipal, los señores párrocos, el mayordomo de la Virgen y las notabilidades de la villa convinieron en repararle; invitaron a todos los vecinos para que, cada cual según su posibilidad, diese limosna para tan señalado objeto, y se reunió, en efecto, para reparar el templo y buena parte de la casa, y el 25 de septiembre del mismo año se trasladó la sagrada imagen y se colocó en su antiguo trono. Jamás se borrará de la memoria de los que tuvieron la dicha de asistir a aquel acto tal religioso la piedad que ostentó la sociedad daimieleña hacia su excelsa Patrona; el católico más indiferente hubiera experimentado las emociones del alma naturalmente cristianas.

Fray Manuel de Oviedo y Treviño
Del hábito de Calatrava y Cura que fue de
 la Parroquia de Santa María de dicha Villa.

sábado, 13 de diciembre de 2014

MARÍA DE LA ENCARNACIÓN

Me acerco a Ti, Virgen María, con vivo deseo de penetrar en el secreto de tu vida interior, para que Tú seas mi luz y modelo
¡Cuánto me agrada contemplarte así, oh María, profundamente recogida en la adoración del misterio que se obra en Ti! Tú eres el primer templo de la Santísima Trinidad, Tú la primera adoradora del Verbo encarnado, Tú el primer Tabernáculo de su Santa Humanidad.

¡Oh María, templo de la Trinidad! María, portadora del fuego Divino, Madre de la Misericordia, de Ti ha brotado el fruto de la vida, Jesús. Tú eres la nueva planta de la cual hemos recibido la flor olorosa del Verbo, Unigénito Hijo de Dios, pues en Ti, como en tierra fructífera, fue sembrado este Verbo… ¡Oh María, carro de fuego! Tú llevaste el fuego escondido y oculto bajo la ceniza de tu humanidad. Si yo te miro, Señora, veo que la mano del Espíritu Santo ha escrito en Ti la Trinidad, formando en Ti al Verbo encarnado, Hijo Unigénito de Dios. Veo, ¡oh María!, que este Verbo que se te ha dado, está en Ti.


Santa Catalina de Sena


lunes, 8 de diciembre de 2014

A MARÍA INMACULADA POR ESPAÑA


¡Oh María Inmaculada, amada Patrona de España! Velad por España, nación Mariana por excelencia, rogad por España; salvad a España, que cuanto más culpable, mayor necesidad tiene de vuestra poderosa intercesión. Una súplica a vuestro Divino Hijo Jesús, que reposa en vuestros virginales brazos, y España será salvada.

¡Oh Jesús, Corazón Divino oculto en el Santísimo Sacramento, tan amado por los españoles, por María su Patrona, salvad a España! Porque extendió tu nombre y el reinado de la Cruz por todo el mundo, que vea palpablemente tu soberana protección, y porque confía en Aquella que aplastó la cabeza del infernal dragón, que sean desbaratados sus perversos planes.

¡Oh Jesús Sacramentado! ¡Oh María Inmaculada! Velad, Velad por ella; salvad a esta España tan vuestra de cuantos peligros puedan amenazar su fe y la paz y la tranquilidad del orden. Así sea.



sábado, 29 de noviembre de 2014

ORACIONES DE LOS SANTOS A NUESTRA MADRE MARÍA


¡Oh bienaventurada María! Fijos están y estarán siempre en Vos los ojos de los fieles, como en la grande obra que a todos los siglos interesa. En Vos encuentran los ángeles la alegría, los justos la gracia y los pecadores el perdón. Con justicia os invocan todas las criaturas, porque en Vos y por Vos la mano del Omnipotente ha reproducido en cierto modo todo lo que antes había creado. Dignaos admitir lo poco que yo puedo ofrecer a Dios y ofrecédselo por mí, para que por vuestra intercesión no sea rechazado. Amén.

San Bernardo



jueves, 27 de noviembre de 2014

A NUESTRA SANTA MADRE DE LA MEDALLA MILAGROSA


Postrado ante vuestro acatamiento, ¡Oh Virgen de la Medalla Milagrosa!, y después de saludaros en el augusto misterio de vuestra Concepción sin mancha, os elijo, desde ahora para siempre, por mi Madre, Abogada, Reina y Señora de todas mis acciones y Protectora ante la majestad de Dios. Yo os prometo, Virgen Purísima, no olvidaros jamás, ni vuestro culto ni los intereses de vuestra gloria, a la vez que os prometo también promover en los que me rodean vuestro amor. Recibidme, Madre tierna, desde este momento y sed para mí el refugio en esta vida y el sostén a la hora de la muerte. Amén.



sábado, 22 de noviembre de 2014

POR LAS ÁNIMAS DEL PURGATORIO


¡Oh Señor Dios Omnipotente!, os ruego por la Sangre Preciosa que manó del Costado de vuestro divino Hijo Jesús, en presencia y con extremo dolor de su Santísima Madre, que libréis a las almas del purgatorio y, particularmente, entre todas, a la que haya sido más devota de esta gran Señora, para que pronto vaya a vuestra gloria a alabaros en ella, y a ella en Vos, por todos los siglos de los siglos. Así sea.

Padrenuestro, Avemaría, Requien.


Indulgencia de quinientos días. (S.S. de Indulg., 18 nov. 1826; S. Pen. Ap., 26 ener. De 1932)




viernes, 21 de noviembre de 2014

21 DE NOVIEMBRE, PRESENTACIÓN DE MARÍA EN EL TEMPLO


Te consagro, pues, ¡oh Reina!, mi mente a fin de que piense siempre en el amor que mereces, mi lengua para que te alave, mi amor para que te ame. Acepta, ¡oh Virgen Santísima!, la ofrenda que te presenta este mísero pecador; acepta, te lo suplico, por aquel consuelo que sintió tu corazón en el Templo cuando te entregaste a Dios. Y si tarde me pongo a tu servicio, es conveniente que resarza el tiempo perdido redoblando los obsequios y el amor. ¡Oh Madre de misericordia! Ayuda a mi debilidad con tu poderosa intercesión e impétrame de tu Jesús la perseverancia y la fuerza para serte siempre fiel hasta la muerte; y haz que, sirviéndote siempre en esta vida, pueda llegar a alabarte eternamente en el cielo

San Alfonso María de Ligorio


Pidamos a María, presentada en el Templo, que tome en sus manos maternales nuestra pobre ofrenda, que la remoce y complete con la suya, tan pura y perfecta, que la incluya y esconda en la suya, tan grande y generosa, a fin de que así purificada y renovada pueda ser agradable a Dios.




sábado, 15 de noviembre de 2014

ACTO DE REPARACIÓN POR LAS BLASFEMIAS CONTRA LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

Sentimos que se nos parte el corazón al oír las horribles injurias y blasfemias contra Vos, ¡oh Virgen Dolorosa!

Gloriosísima Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, dirigid vuestra piadosa mirada a nosotros, pobres pecadores, que afligidos por tantos males como nos rodean en esta vida, sentimos que se nos parte el corazón al oír las horribles injurias y blasfemias contra Vos, ¡oh Virgen Inmaculada! ¡Oh, cómo ofenden estas voces impías la infinita majestad de Dios y de su unigénito Hijo Jesucristo! ¡Cómo provocan su indignación y de qué manera hacen temer los terribles afectos de su venganza! Si el sacrificio de nuestra vida sirviese para impedir tales ultrajes y blasfemias, gustosamente lo haríamos, porque ¡oh Madre nuestra Santísima! deseamos amaros y honraros de todo corazón, ya que es ésta la voluntad de Dios. Y por lo mismo que os amamos, haremos cuanto esté de nuestra parte para que seáis de todos amada y honrada. Entretanto, Vos, ¡oh piadosa Madre nuestra! Soberana consoladora de los afligidos, aceptad este acto de reparación, que os ofrecemos en nombre propio, en el de todas nuestras familias y aun por aquellos que, sin saber lo que dicen, impetrando de Dios su conversión, aparezca más manifiesta vuestra piedad, vuestro poder y vuestra gran misericordia, y también ellos se unan a nosotros para proclamaros bendita entre todas las mujeres, Virgen Inmaculada, piadosísima Madre de Dios.

Tres Avemarías

Indulgencia de cinco años. (S.C. de Indulg., 21 mar. 1885; S. Pen. Ap., 6 abr. 1935 y 10 jun. 1949)




miércoles, 12 de noviembre de 2014

VIRGEN MARÍA...


“Tenemos que conocerla no sólo en su papel de obtener favores; ésta es la menor de sus funciones. Tenemos que conocerla como Madre de la Divina Gracia, Madre de nuestras almas, Mediadora de todas las gracias”.

“No es que meramente concede gracias, sino que obra por nuestro medio. En otras palabras: Es nuestra Madre que derrama en nosotros su vida, aquella vida que es su Hijo. Y entonces, no sólo nos llena, sino que, a través de nosotros, actúa. A través de los que se le entregan ejercita su función maternal con todos los hombres”.

“Sin María no se da a Jesús; sin María no hay gracia, ni siquiera la más pequeña. ¿Y qué decir de las grandes gracias, de las extraordinarias gracias de conversión? Si no la llevamos a nuestra vida, andamos dando golpes de ciego en el aire. Podemos realizar esfuerzos prodigiosos, pero al fin, habremos quedado con las manos prácticamente vacías”.

“El rechazar a María tiene consecuencias más serias que la pérdida de una madre terrenal. Frustrada su obra materna, todo va por mal camino. La Iglesia dice que Ella resuelve toda crisis dogmática: Destruye todas las herejías. De la misma manera cura todas las demás enfermedades. Parece que todo se pone en orden cuando se piensa en Ella. Su presencia se nota en todos los momentos importantes. Ahora, como siempre, Ella inaugura el Reino de la Gracia. Allí donde Ella llega, nace el Señor. Y como Ella le trae, Ella le lleva. Habla Ella y el poder del Hijo se manifiesta. Por su medio la gente cree en Él, y se hacen sus discípulos”.

“Porque María es cardinal, es decir: así fue presentada desde el primer momento del plan divino de la Redención. Constituyó una parte de las profecías sobre el Mesías, y en su momento, fue parte de su misión terrenal, como es ahora parte de su reinado celestial. Es totalmente inferior a Él, pero ha sido levantada hasta su mismo destino de una manera especial, de manera que siempre a Ella le corresponde dar su Hijo, iniciar sus pasos, e indicarle lo que es necesario. Este es el programa de la Providencia: que nosotros nos acomodemos a él.

Procuremos que María sea mejor conocida. La Iglesia coloca estas palabras en los labios de la Santísima Virgen: “Los que me explican vivirán por toda la eternidad”.

Frank Duff, fundador de la Legión de María



sábado, 8 de noviembre de 2014

SANCTAE MARIAE IN SABBATO


Al que tierra, mar y estrellas,
veneran, adoran, cantan;
al que rige el universo,
María en su seno guarda.

Al que el orbe, el sol, la luna,
al debido tiempo acatan,
lleva en sus entrañas puras,
la Virgen llena de gracia.

Dichosa Madre a quien cupo
encerrar cual arca santa
al Artífice Supremo
que el mundo en peso levanta.

Feliz con nuncio celeste,
por Dios mismo fecundada,
al esperado del mundo
nos le guardó en las entrañas.

Jesús, a Ti se dé gloria,
nacido de Virgen casta,
y al Padre y al almo Espíritu
se una la eterna alabanza.

Así sea.

Del Oficio Parvo de la Santísima Virgen María



jueves, 6 de noviembre de 2014

A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA POR LA RESTAURACIÓN DE LA SANTA MISA TRADICIONAL


Sagrada Virgen María, Madre de la Inmaculada Víctima Eucarística, rogad por nosotros, para que podamos valientemente proseguir la rectificación de la actual usurpación del Sacrificio Eucarístico, y conseguir, con vuestra poderosa ayuda maternal, la restauración de nuestra Misa Católica y el Reinado y el orden de la Majestad de vuestro Hijo Jesucristo. AMEN



sábado, 25 de octubre de 2014

¿POR QUÉ EL SÁBADO ES EL DÍA DE LA VIRGEN?

Es otra razón que, así como en el día del sábado cesó Dios las obras de la Creación y descansó, en ninguna alma descansó así el Espíritu Santo, como en la de Cristo y en la de su Soberana Madre

¿Por qué la Iglesia consagró el sábado al culto de Nuestra Señora? Desde el principio de los tiempos, la Santa Madre del Creador ha sido amada y venerada al modo que Cristo deseó para Ella. A lo largo de su historia, la Esposa del Señor buscó formas de honrarla y servirla adecuadamente. Conozca, pues, el origen de esta costumbre instituida por el Papa Beato Urbano Segundo...

El Papa Beato Urbano Segundo, habiendo huido a Francia por causa del emperador Enrique Tercero, que le perseguía, celebró Concilio en Claramonte, y ordenando diversas cosas para la gobernación del clero, mandó que se rezase cada día el Oficio de Nuestra Señora, y los sábados, si no hubiese Doble o Semidoble, fuese rezado el de Ella. Fue el primer Pontífice que concedió Cruzada contra infieles. Lo dice San Antonio de Florencia en su Segunda Parte Historial.

¿Por qué se dio el día del sábado a la Virgen? Hay algunas razones y congruencias. Una es porque el día que padeció algún santo suele celebrarse su fiesta, y la Virgen, si padeció martirio, fue el viernes y el sábado Santo. El viernes fue dedicado al martirio del Hijo, y vino bien que el sábado siguiente se dedicase al martirio de la Madre.

Es otra razón que, así como en el día del sábado cesó Dios las obras de la Creación y descansó, en ninguna alma descansó así el Espíritu Santo, como en la de Cristo y en la de su Soberana Madre. En las otras almas hubo alguna repugnancia, a lo menos de Pecado Original, y algún venial, más en la de Cristo y en la de la Virgen no hubo tal repugnancia, pues ni hubo pecado venial ni Original.

Es la tercera razón que Dios bendijo el día del sábado; así la bienaventurada Virgen María fue bendita por las tres Personas: el Padre la bendijo escogiéndola por Hija, el Hijo la bendijo escogiéndola por madre y el Espíritu Santo la bendijo escogiéndola por esposa. El ángel la bendijo cuando la saludó, y todo el mundo la bendice, porque la reverencia y loa.

La quinta razón es porque el Sábado es medio entre el día del gozo, que es el Domingo, y el día penoso, que es el Viernes; así la Virgen es medianera entre Dios y los hombres.



miércoles, 22 de octubre de 2014

HISTORIAS PARA NIÑOS… ¿O ADULTOS LLENOS DE FE?


Sorpresa tras la celebración del Corpus Christi…

Aquellas mañana de junio no podía haber despuntado más radiante en el horizonte. El sol resplandecía de una forma muy especial, los pájaros cantaban con regocijo, el rumos de los arroyos parecía contar la gloria de su Creador… Toda la naturaleza daba muestras de júbilo el día en que se celebraba la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.

Y si hasta en los seres irracionales traslucía esa alegría, con mayor razón aún se manifestaba en los fervorosos fieles de aquella aldea. Instruidos con esmero por el padre Pierre a respecto de la devoción al Santísimo Sacramento, todos estaban muy empeñados en preparar la ceremonia de la tarde: los monaguillos y sacristanes se ocupaban de la ornamentación del altar; las mujeres, de los arreglos florales y de la limpieza de la iglesia; los hombres, de acondicionar y adecentar los caminos por los que pasaría la procesión. En cuanto al sacerdote, pasó casi toda la mañana en el confesionario, pues su rebaño, más que ofrecerle pompas exteriores al Señor, deseaba ofrecerle un alma limpia de toda falta, digna de recibirlo en la Sagrada Comunión.


 A la hora prevista para la Santa Misa, la pintoresca iglesia estaba tan bien adornada y brillante que más se parecía a una pequeña catedral. La ceremonia se realizó con el máximo esplendor y compenetración despertando una piedad todavía más ardiente en los corazones de los fieles. El párroco mal conseguía contener su alegría y, por la noche, antes de recogerse, rindió al Señor una fervorosa acción de gracias por los beneficios y dones derramados en aquella celebración.

Sin embargo, tras las numerosas muestras de devoción que había presenciado, no podía ni imaginar la terrible sorpresa que le esperaba a la mañana siguiente…

Como de costumbre, el padre Pierre se despertó antes del amanecer e inmediatamente fue a prepararse para la Santa Misa matutina. Arrodillado en uno de los primeros bancos de la iglesia, rezaba: le pedía a la Santísima Virgen, además de las intenciones habituales, un amor más puro e intenso a la Sagrada Eucaristía para sí y para todas las almas confiadas a él. Pero mientras se iba acercando al altar, se dio cuenta de que había algo raro… le costaba creer lo que sus ojos veían. El sagrario había sido forzado y se habían llevado los dos copones llenos de formas consagradas que él mismo había guardado en la víspera. Enseguida ordenó que repicasen las campanas a arrebato para convocar a la feligresía.

Todos acudieron con prontitud al aviso, manifestando un ferviente deseo de desagraviar tan infame pecado y encontrar cuanto antes las Hostias robadas. Aunque, ¿por dónde empezarían si no había ninguna pista de los sacrílegos asaltantes? El celoso sacerdote dividió a la gente en grupos, exhortándoles a pedir con insistencia el auxilio divino para localizar las Sagradas Especies.

Algunos emprendieron la búsqueda por  los alrededores de la iglesia; otros, por los montes que rodeaban la aldea; y el resto se dirigió a los campos cultivados, confiando que descubrirían algún vestigio de lo sucedido. Con todo, a pesar del esfuerzo, ninguno de los grupos obtuvo el mínimo éxito en sus investigaciones. Al caer la tarde, cuando todos regresaban extenuados y abatidos, oyeron a lo lejos los gritos de un niño jadeante:

-¡Padre, padre! ¡Lo hemos encontrado! ¡Venga deprisa!

El párroco se levantó de un salto y siguió al niño a paso ligero, hasta alcanzar una plantación de trigo, distante unos cinco kilómetros. Al llegar al lugar -¡oh, maravilla!, el padre Pierre encontró, envueltas por una suave luz, las formas intactas. No obstante, los copones habían desaparecido y, aún peor, infelizmente sólo estaba la mitad de las Hostias robadas…

Recogieron con reverencia las Sagradas Formas y volvieron a la iglesia, en improvisada procesión. Allí pasaron la noche en vigilia, turnándose en la adoración al Santísimo Sacramento. Y la búsqueda de las demás Hostias continuó durante más de una semana, sin que decayese el ánimo o la fe de los aldeanos, a pesar de la falta de buenos resultados.

Cierto día, Jacques, el panadero, que cada mañana llevaba sus panecillos de maíz, baguetes y bollos a vender en la ciudad, se fijó en una distinguida señora sentada en una piedra, bajo un roble, junto al camino. Más tarde, ya de regreso, vio que la noble dama seguía allí. Entonces decidió acercarse. Se presentó con sencillez y le preguntó respetuosamente si le podía ayudar en algo.

Tras agradecer la cortesía, la hermosa señora le respondió con suavidad y dulzura:

-Estoy haciéndole compañía a mi hijo.

Sin entenderlo bien, pero intuyendo alguna cosa, Jacques hizo una respetuosa venia y se retiró estupefacto.

Cuando llegó a avisar de lo sucedido al padre Pierre. El sacerdote conocía al panadero desde niño y sabía que no era propenso a fantasías. Mientras éste le estaba hablando, el párroco lo observaba atentamente y se afirmaba a cada instante en él la convicción de que aquello era una señal. Mandó que todo el pueblo se reuniera, e inmediatamente se dirigió hacia el roble.

La distinguida señora ya no estaba, había desaparecido sin dejar rastro… Sin embargo, una suave luz emanaba por una hendidura desde el interior de aquel árbol. Conteniendo la emoción, el padre Pierre introdujo el brazo por la abertura y su mano enseguida palpó un objeto de metal. ¡Era uno de los copones desaparecidos! Desdobló un corporal encima de una piedra –justo sobre la que Jacques había visto sentada a la hermosa dama-, dejó en él el copón y se arrodilló entes de abrirlo. Pero se llevó una decepción: ¡estaba vacío! Tan sólo algunos fragmentos, dispersos y minúsculos, indicaban que allí había estado las Sagradas Especies, y quizás se tratase de las que ya habían encontrado antes. ¿Dónde habrían puesto el otro? ¿Contendría aún al Santísimo Sacramento?


 Tan absorto estaba en sus pensamientos que Jacques tuvo que tocarle el brazo para llamar su atención:

-¡Padre, Pierre, padre Pierre! La rendija en el roble sigue iluminada. Debe haber algo más…

El sacerdote se giró y con mucha agilidad introdujo de nuevo el brazo en la hendidura, ¡tocando el segundo copón! ¡Y las Hostias faltantes, de hecho, continuaban en su interior!

Tras un breve acto de adoración, el párroco cogió las Sagradas Formas, las cubrió con un velo y las llevó hasta la iglesia, donde ya repicaban las campanas. Mientras iba rezando jaculatorias o acompañaba los cantos que el pueblo entonaba, pensaba en lo sucedido… ¡La pérdida y el encuentro de Jesús Eucaristía había hecho que todos fueran más conscientes del inmenso valor del Santísimo Sacramento!



Hna. Ariane Heringer Tavares, EP

Fuente revista "Heraldos del Evangelio", número 131, junio 214



sábado, 18 de octubre de 2014

AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

¡Sea por siempre y en todas partes conocido, alabado, bendecido, amado, servido y glorificado el Divinísimo Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María! ¡¡¡Así sea!!!

¡Oh Corazón de María, Madre de Dios y Madre nuestra; Corazón amabilísimo!, objeto de las complacencias de la adorable Trinidad y digno de toda la veneración y ternura de los Ángeles y de los hombres; Corazón el más semejante al de Jesús, del cual sois la más perfecta imagen; Corazón lleno de bondad y que tanto os compadecéis de nuestras miserias, dignaos derretir el hielo de nuestros corazones, y haced que vuelvan a conformarse con el Corazón del Divino Salvador.

Infundid en ellas el amor de vuestras virtudes; inflamadlos con aquel dichoso fuego en que Vos estáis ardiendo sin cesar. Encerrad en vuestro seno la Santa Iglesia; custodiadla, sed siempre su dulce asilo y su inexpugnable torre contra toda incursión de sus enemigos. Sed nuestro camino para dirigirnos a Jesús, y el conducto por el cual recibamos todas las gracias necesarias para nuestra salvación.

Sed nuestro socorro en las necesidades, nuestra fortaleza en las tentaciones, nuestro refugio en las persecuciones, nuestra ayuda en todos los peligros; pero especialmente en los últimos combates de nuestra vida, a la hora de la muerte, cuando todo el infierno se desencadenará contra nosotros para arrebatar nuestras almas, en aquel formidable momento, en aquel punto terrible del cual depende nuestra eternidad. ¡Ah! Virgen piadosísima, hacednos sentir entonces la dulzura de vuestro maternal Corazón, y la fuerza de vuestro poder para con el de Jesús, abriéndonos en la misma fuente de la misericordia un refugio seguro, en donde podamos reunirnos para bendecirle con Vos en el paraíso por todos los siglos. Amén.




lunes, 13 de octubre de 2014

13 DE OCTUBRE, ÚLTIMA APARICIÓN DE NUESTRA MADRE EN FÁTIMA

No ofendan más a Dios Nuestro Señor, que ya está muy ofendido

Es la Hermana Lucía quien nos relata lo que sucedió:

“Llegados a Cova de Iría, junto a la encina, llevada por un movimiento interior, pedí al pueblo que cerrase los paraguas para rezar el Rosario. Poco después vimos el reflejo de la luz y, enseguida, a Nuestra Señora sobre la encina.

- Quiero decirte que hagan aquí una capilla en mi honor; que soy la Señora del Rosario, que continuéis rezando el rosario todos los días. La guerra va a terminar y los militares volverán en breve a sus casas.

- Quería pedirle muchas cosas. Si curaba unos enfermos y convertía unos pecadores...

- A algunos sí, a otros no. Es preciso que se enmienden, que pidan perdón por sus pecados.

Y tomando un aspecto más triste, [Nuestra Señora agregó]: No ofendan más a Dios Nuestro Señor, que ya está muy ofendido.

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domingo, 12 de octubre de 2014

12 DE OCTUBRE, NUESTRA MADRE DEL PILAR

¡Bendita y alabada sea la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza, por siempre sea bendita y alabada!

En alabanza de la hora en que María Santísima vino en carne mortal a Zaragoza

Avemaría

Por haberle erigido el Apóstol Santiago, por mandato de la Santísima Virgen, su Santo Templo en Zaragoza, el primero del mundo dedicado a su nombre 

Avemaría

Por habernos dejado como un don precioso su Sagrada Imagen, que es nuestro amparo y consuelo en toda tribulación 

Avemaría

Por el Santo Pilar o Columna Angélica, símbolo de la fortaleza y estabilidad de la fe Católica en Zaragoza, hasta el fin del mundo 

Avemaría

En acción de gracias por los infinitos beneficios que desde su venida nos ha dispensado como excelsa Protectora de nuestra España

Avemaría


HIMNO

Virgen Santa, Madre mía.
Luz hermosa, claro día.
que la tierra aragonesa
te dignaste visitar,

Este pueblo que te adora,
de tu amor favor implora,
y te aclama y te bendice
abrazada a tu Pilar.

Pilar sagrado
faro esplendente,
rico presente
de caridad,
Pilar bendito
Trono de gloria.
Tú a la victoria
nos llevarás.

Cantad, cantad
himnos de honor y alabanza 
a la Virgen del Pilar.