viernes, 23 de mayo de 2014

MES DE MAYO CON MARÍA


MARÍA MODELO Y GUÍA

Me acojo, ¡oh María!, bajo tu amparo; sé la guía y el modelo de mi vida interior
El mes de mayo es el mes de María. Por esto, al abrirse mayo, todo corazón cristiano se vuelve espontáneamente a la Madre del cielo con ansias de vivir más íntimamente en unión con Ella y de fortalecer los lazos que lo atan a Ella. ¡Qué dulce y confortador es encontrar en nuestro camino espiritual –duro a veces de fatigas y dificultades- la figura delicada de una Madre! Se está tan bien junto a la Madre… Con Ella todo se hace fácil: el corazón abatido y cansado, el corazón azotado por las tempestades encuentra la fuerza y la esperanza que perdió y reanuda con nueva energía el camino.

“Si se levantan los vientos de las tempestades –canta San Bernardo- si chocas contra los escollos de las tribulaciones, mira la estrella, invoca a María. En los peligro, en las angustias, en las dudas, piensa en María: invoca a María”

Hay momentos en que la senda dura de la nada cansa y confunde nuestra debilidad: entonces, más que nunca, necesitamos una mano que nos sostenga, la mano de una madre. Antes que nosotros recorrió María Santísima el camino estrecho y difícil de la santidad, antes que nosotros llevó la cruz y antes que nosotros escaló las alturas del espíritu a través del sufrimiento. Quizás a veces no nos atrevemos a fijar nuestra mirada en Jesús, el Hombre-Dios, porque se Divinidad está muy lejos de nuestra pequeñez; pero pensemos que junto a Él está María, su Madre y nuestra Madre, una criatura, excelentísima ciertamente, pero como nosotros; y por lo tanto el modelo más accesible a nuestra debilidad.

En este mes María sale a nuestro encuentro para tomarnos por la mano, para introducirnos en el Secreto de su vida interior y ser de esta manera el modelo y la norma de la nuestra

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