Abogada y Mediadora de la gracia, Tú que estás unida a la
única mediación universal de Cristo, pide a Dios, para nosotros, un corazón
completamente renovado, que ame a Dios con todas sus fuerzas y sirva a la
humanidad como Tú lo hiciste. Repite al Señor esa eficaz palabra tuya: “no les
queda vino”, para que el Padre y el Hijo derramen sobre nosotros, como una
nueva afusión, el Espíritu Santo. Amén
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