Salve, María, llena de gracia, luz refulgente, en la que resplandecen las tres Divinas Personas |
Salve, María, llena de gracia, luz refulgente, en la que
resplandecen las tres Divinas Personas.
Vuestro nombre, ¡oh María!, es un bálsamo derramado sobre
nuestras heridas, y el auxilio que siempre suspiramos para nosotros, para que
iluminéis a los hijos, dirijáis y consoléis a los que peregrinan miserablemente
por este valle de lágrimas, puestos sus ojos en Vos, ¡oh propicia estrella
nuestra!
Bendita sois entre todas las mujeres, porque el Señor os
escogió para que fueseis la
Madre del Verbo hecho carne, no permitiendo que vuestra suavísima
belleza fuese manchada por el pecado.
Bendito es el fruto de vuestras entrañas, Jesús, porque por
Vos nos ha sido dado como único Salvador que nos redimió de la muerte y nos volvió
a abrir las puertas del cielo.
Santa María, Madre de Dios, rogad por nosotros que luchamos
ahora en la tierra. Sed siempre para nosotros el refugio, para que en la hora
bendita de la muerte podamos mirar vuestro suave rostro en los resplandores de
la eternidad. Así sea.
A los fieles que recitasen piadosamente esta oración, al
menos con el corazón contrito, se les concede 300 días de indulgencias por cada
vez; mas, si lo han hecho cada día durante un mes seguido, y reciben los
sacramentos de la
Penitencia y de la Eucaristía , y ruegan además por las intenciones
del Romano Pontífice, se les concede Indulgencia plenaria. (S. Penit. Apost. 12
de mayo de 1953: AAS 45 (1953), Pág. 430.)
hermosa oracion TRATARE DE HACERLA CADA DIA.
ResponderEliminarEn unión de oraciones. In Dómino!
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