domingo, 2 de diciembre de 2012

DEVOCIÓN A LAS TRES AVEMARÍAS

 “La devoción de las tres Avemarías siempre me fue muy grata… No dejéis de rezarlas y de hacerlas rezar cuanto podáis. Cada día tendréis pruebas de su eficacia…”


LA VIRGEN PROMETIÓ A SANTA MATILDE Y A OTROS SANTOS QUE QUIEN REZARA DIARIAMENTE TRES AVEMARÍAS, TENDRÍA SU AUXILIO DURANTE LA VIDA Y SU ESPECIAL ASISTENCIA A LA HORA DE LA MUERTE, PRESENTÁNDOSE A ESA PERSONA EN SU HORA FINAL CON EL BRILLO DE UNA BELLEZA TAL QUE EL SOLO VERLA LO CONSOLARÍA Y LE COMUNICARÍA LAS ALEGRÍAS DEL CIELO

MODO DE REZARLAS

Con todo mi corazón os glorifico, Virgen Santísima, sobre todos los ángeles y santos del paraíso, Hija del Padre Eterno, y os consagro mi alma con todas sus facultades.

Avemaría...

Con todo mi corazón os glorifico, Virgen Santísima, sobre todos los ángeles y santos del paraíso, amantísima Madre del Hijo de Dios, os consagro mi cuerpo con todos sus sentidos.

Avemaría...

Con todo mi corazón os glorifico, Virgen Santísima, sobre todos los ángeles y santos del paraíso, amantísima Esposa del Espíritu Santo, os consagro mi corazón, con todos sus afectos, y os ruego que obtengáis de la Santísima Trinidad todas las gracias necesarias para mi salvación.

Avemaría...

La siguiente jaculatoria fue indulgenciada por San Pío X, y la recomendó rezar junto con esta devoción: "¡Oh María, por tu Inmaculada Concepción, purifica mi cuerpo y santifica mi alma!"

OTRAS PROMESAS ACERCA DE LA PRÁCTICA DE ESTA DEVOCIÓN

La Santa Madre de Dios le dijo a Santa Gertrudis que:

“Quien la venerase en su relación con la Beatísima Trinidad, experimentaría el poder que le ha comunicado la Omnipotencia del Padre como Madre de Dios; admiraría los ingeniosos medios que le inspira la sabiduría del Hijo para la salvación de los hombres, y contemplaría la ardiente caridad encendida en su corazón por el Espíritu Santo” En otra ocasión la Virgen María le dijo a esta Santa, refiriéndose a todos los que la invocamos diariamente conmemorado el Poder, la Sabiduría y el Amor que le fueron comunicados por la Santísima Trinidad: “a la hora de su muerte me mostraré a él con el brillo de una belleza tan grande, que mi vista le consolará y le comunicará las alegrías celestiales”

Según el llamado apóstol de la Santísima Trinidad (el bienaventurado diego Cádiz capuchino que vivió en el siglo XVIII) la Madre de Dios le revelo que:

“Una de las más agradables devociones que se le pueden ofrecer, es la de ayudarle a dar gracias a la Augusta Trinidad por el Poder que recibió del Padre Eterno, por la Sabiduría con que la enriqueció su Hijo y por la Caridad de que la llenó el Espíritu Santo”

Cuando Sor María Villani, religiosa Dominica siglo XVI rezaba un día Las Tres Avemarías, oyó de labios de la Virgen María estas estimulantes palabras:

“No solo alcanzaras las gracias que me pides, sino que en la vida y en la muerte prometo ser especial protectora tuya y de cuantos como tú practiquen esta devoción”

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