Estimados Hermanos en el Señor y en su Santa Madre.
Un nuevo blog empieza su andadura por estos mundos de
Internet. Dedicado plenamente a la Excelsa
Madre de Dios María Santísima. Pretende ser humilde y
sencillo, como Ella. Y que por medio de él, aprendamos a más conocerla y
amarla. Espero su comprensión y paciencia por los fallos que pueda cometer. Y
para empezar pidiendo su bendición para todos nosotros vamos con una preciosa
oración.
¡Oh Señora, os diré como San Buenaventura, oh amabilísima
Señora, que amando y dispensando gracias robáis los corazones de los hombres!:
llevaos también el mío, pues, aunque miserable, desea amaros ardientemente.
Vos, Madre mía, con vuestra belleza enamorasteis al mismo Dios, y le trajisteis
del Cielo a vuestro seno purísimo; ¿cómo podré yo vivir sin amaros? Igualmente
os diré con aquel otro vuestro amante hijo San Juan Berchmans: “No descasaré
hasta conseguir un amor muy afectuoso a mi dulcísimo Madre”, un amor tierno y
constante, pues que fue tan grande el vuestro para conmigo, sin merecerlo,
antes bien, ano haber sido por él y por las muchas misericordias que de Dios me
habéis alcanzado, ¿qué sería ya de mí? Si, pues, aun entonces, que no os amaba,
Vos me amabais tanto, ¿qué no debo esperar de la bondad de vuestro Corazón
ahora que ya os amo? Os amo, Madre mía, si, os amo, y quisiera juntar en mi
pecho el amor de cuantos infieles hay en el mundo que no quieren amaros.
Quisiera tener millares de lenguas para dar a conocer vuestra grandeza, vuestra
santidad, vuestra misericordia y el amor grande con que correspondéis a todos
los que os aman. Si tuviese riquezas, todas las emplearía en vuestro honor y
culto; si tuviese vasallos, a todos los quisiera obligar a ser vuestros
amantes. Quiera dar la vida por Vos, siendo necesario. Os amo, Madre mía, pero,
por otra parte, temo que el mío no es amor verdadero, pues dicen que el amor
hace semejantes a las personas que se aman. Y así, viéndome tan diferente a Vos,
lo tengo por señal de no amaros como debo. Vos tan pura, yo tan inmundo; Vos
tan humilde, yo tan soberbio: Vos tan santa, yo tan pecador. Mas esto es lo que
hoy humildemente os pido, que ya que vuestro amor para conmigo es tan grande,
que me hagáis semejante a Vos. Poder tenéis para mudar los corazones; aquí está
el mío: tomadle en vuestra manos sacratísimas y trocadle enteramente, dando a
conocer al mundo lo mucho que podéis a favor de los que amáis, y haciéndome de
este modo santo e hijo digno de tan alta Madre, como lo espero con toda
confianza por vuestra bondad. AMÉN
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