Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

viernes, 30 de noviembre de 2018

HUMILDAD DE MARÍA

María Santísima fue ciertamente la mujer más honrada por el Señor, la más elevada las criaturas, y sin embargo, ninguna se ha rebajado y humillado tanto como Ella. Se diría que parece existir una porfía entre Dios y María: cuanto más la ensalza Dios más se oculta María en su humildad


¡Oh Virgen, tallo glorioso! ¿Hasta qué sublime altura levantas tu corola? Hasta Aquel que está sentado en el Trono, hasta el Señor de la Majestad. No me sorprende que llegues a tanta altura, porque sé que estás profundamente enraizada en la humildad. Dios te salve, María, llena de gracia. Verdaderamente llena de gracia, porque agradas a Dios, a los Ángeles, a los hombres; a los hombres por tu maternidad, a Dios por tu humildad. Precisamente con tu humildad atraes la mirada del Señor, de Aquel que se inclina sobre los humildes, mientras mira desde lejos a los soberbios. Los ojos de satanás se fijan en todo lo que es alto y soberbio, pero los ojos de Dios se fijan en todo lo que es bajo y humilde.

San Bernardo



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