Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

miércoles, 17 de octubre de 2018

MEDITACIONES SOBRE EL SANTO ROSARIO, 4º MISTERIO GLORIOSO

LA ASUNCIÓN DE NUESTRA MADRE A LOS CIELOS


Oración.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario! ¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en memoria de tus gozos, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una gracia particular.

¡Oh Excelsa Reina!, dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.

Cuanto te pido, lo recibiré, y demuestra que eres mi Madre.

LA ASUNCIÓN DE NUESTRA MADRE A LOS CIELOS

¡Oh gloriosa Madre, Virgen María!, medito ahora el Misterio de tu Asunción a los Cielos, cuando con el intenso deseo de unirte a tu Divino Hijo en los cielos, tu alma, separándose del cuerpo; subió hasta su Dios quién por el amor infinito que tenía a su Madre cuyo virginal cuerpo fue su primer Tabernáculo en la tierra, lo llevó a los cielos y allí en medio de los Ángeles y Santos, lo unió a tu alma bendita.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de Unirme a Jesús en pensamientos y en sentimientos y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.


Acción de Gracias.- ¡Dios te salve María! ¡Reina del Santo Rosario! Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una corona de Rosas blancas flores en memoria de tus alegrías, fruto de los sufrimientos de tu Hijo Divino, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con una petición para una gracia particular.

¡Oh Excelsa Reina, dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a ti acuden! Vos no podéis menospreciar esta ofrenda con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas, ofrendas, recibe, asimismo mis peticiones; de tus misericordias espero la gracia y favores que con confianza te pido.



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