Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

martes, 16 de octubre de 2018

MEDITACIONES SOBRE EL SANTO ROSARIO, 4º MISTERIO DOLOROSO

EL CAMINO AL CALVARIO


Oración.- ¡Dios te Salve María, Reina del Santo Rosario! ¡María, Madre mía, Salve!; a tus pies humildemente postrado me hallo para ofrendarte una corona de Rosas, blancas flores en memoria de tus gozos, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con mi petición para una gracia particular.

¡Oh Excelsa Reina!, dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas ofrendas, recibe, asimismo, mis peticiones: de tus grandes misericordias espero la gracia y favores que con confianza te lo pido.

Cuanto te pido, lo recibiré, y demuestra que eres mi Madre.

EL CAMINO AL CALVARIO

¡Oh afligida Madre, Virgen María!, medito ahora el Misterio de la Cruz a cuestas, que es cuando tu Divino Hijo cargando sobre sus hombros la pesada Cruz, débil pero sufrido, entre los desprecios de las turbas y no obstante haber caído en tierra repetidas veces, llegó hasta el Calvario con sus verdugos.

Yo, humildemente te ofrezco: 1 Padrenuestro, 10 Avemarías, 1 Gloria

Uno a estas diez rosas mi petición para poseer la virtud de la Paciencia en la Adversidad y reverentemente deposito a tus plantas estas flores espirituales.


Acción de Gracias.- ¡Dios te salve María, Reina del Santo Rosario! ¡Madre mía, salve! Humildemente me postro a tus pies para ofrendarte una corona de, flores. Rosas de color rojo, en memoria de los dolores que sufriste junto a tu Hijo Divino, cada flor te recordará un misterio; cada diez flores van con una petición para una gracia particular.

¡Oh Excelsa Reina!, dispensadora de las gracias de Dios y Madre de todos los que a Ti acuden. Vos, no podéis menospreciar esta ofrenda, con la cual van unidas mis peticiones. Al recibir estas ofrendas recibe, asimismo, mis peticiones; de tus misericordias espero la gracia y favores que con confianza te pido.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.