Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

jueves, 16 de febrero de 2017

EL AVE MARÍA

¡Virgen Santísima Inmaculada y Madre mía María!, a Vos, que sois la Madre de mi Señor, la Reina del mundo, la abogada, la esperanza, el refugio de los pecadores, acudo en este día yo, que soy el más miserable de todos. Os venero, ¡oh gran Reina!, y os doy las gracias por todos los favores que hasta ahora me habéis hecho, especialmente por haberme librado del infierno, que tantas veces he merecido

El Ave María bien dicha, esto es, con atención, devoción y modestia, es según los Santos, el enemigo del demonio, y el que le pone en huida, y el martillo que le aplasta; es la santificación del alma, el gozo de los Ángeles, la melodía de los predestinados, el cántico del Nuevo Testamento, el placer de María y la gloria de la Santísima Trinidad.

El Ave María es un rocío celestial que fecundiza al alma, es un ósculo casto y amoroso que se da a María, es una rosa encarnada que se le presenta, es una perla preciosa que se le ofrece, es una copa de ambrosía y de néctar Divino que se le da. Todas estas comparaciones están tomadas de los Santos Doctores.

San Luis Mª Grignion de Montfort


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