Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

domingo, 29 de mayo de 2016

MES DE MAYO, MES DE MARÍA

La pequeña y sencilla muchacha de Nazaret se ha convertido en la Reina del mundo. Esta es una de las maravillas que revelan el Corazón de Dios

Contemplamos a la Madre de Cristo Coronada por su Hijo, es decir, asociada a su Realeza Universal, tal como la representan muchos mosaicos y cuadros. En particular, el icono de la Virgen María Reina encuentra una confirmación significa en el Evangelio, donde Jesús afirma: “Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos” (Lc. 13, 30). Se trata de una típica expresión de Cristo, referida varias veces por los evangelistas, con fórmulas parecidas, pues evidentemente refleja un tema muy arraigado en su predicación profética. La Virgen es el ejemplo de esta verdad evangélica, es decir, que Dios humilla a los soberbios y poderosos de este mundo y enaltece a los humildes (cf. Lc. 1, 52).

La pequeña y sencilla muchacha de Nazaret se ha convertido en la Reina del mundo. Esta es una de las maravillas que revelan el Corazón de Dios. Naturalmente la realeza de María depende totalmente de la de Cristo: Él es el Señor, a quien, después de la humillación  de la muerte  en la Cruz, el Padre ha exaltado por encima de toda criatura en los cielos, en la tierra y en los abismos (cf. Flp. 2, 9-11). Por un designio de la gracia, la Madre Inmaculada ha sido plenamente asociada al misterio del Hijo: a su encarnación; a su vida terrena, primero oculta en Nazaret y después manifestada en el ministerio mesiánico; a su Pasión y Muerte; y por último a la gloria de la Resurrección y Ascensión al cielo. La Madre compartió con el Hijo no sólo los aspectos humanos de este misterio, sino también, por obra del Espíritu Santo en Ella, la intención profunda, la voluntad Divina, de manera que toda su existencia, pobre y humilde, fue elevada, transformada, glorificada, pasando a través de la “puerta estrecha” que es Jesús mismo (cf. Lc. 13, 24). Sí, María es la primera que pasó por el “camino” abierto por Cristo para entrar en el reino de Dios, un camino accesible a los humildes, a quienes se fían de la Palabra de Dios y se comprometen a ponerla en práctica.

De las palabras de SS Benedicto XVI en el rezo del Ángelus
el día 22 de agosto 2010

Propuesta de una flor a la Virgen: Reza el 5º Misterio glorioso: La Coronación de la Virgen como Reina y Señora del Cielo y la Tierra, en reparación de los pecados de todas las personas que se consagraron a Dios.


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