Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

sábado, 26 de julio de 2014

VOS...


Mis ojos y mi alma se vuelven hoy hacia Vos, Virgen del Carmen: Vos que habéis sido la inspiradora de una gran corriente de profetas, desde Elías hasta el carisma profético de la Santa Iglesia en el Nuevo Testamento; Vos que enseñasteis incluso antes de existir, y fuisteis el modelo de los que creyeron en el Salvador prometido en las Escrituras; Vos que representasteis el apogeo de la esperanza de esos hombres de Dios, porque fuisteis la nube de la cual llovió el Redentor; Vos sois hoy el Arca de la Alianza de la que ha de venir la victoria para el mundo, como lo anunciasteis en Fátima: 

“Por fin, mi Inmaculado Corazón triunfará”

Inundad mi alma, ¡oh Madre!, de la certeza de ese triunfo y de la valentía de permanecer en pie en la derrota, en la adversidad, esperando el día de vuestra gloria. Así sea.

Plinio Corrêa de Oliveira



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