Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

domingo, 9 de febrero de 2014

VISITAS REPARADORAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA (Visita tercera)

Intención de la visita;

Por las blasfemias contra su Maternidad divina, rechazando al mismo tiempo reconocerla como Madre de los hombres


Intención de la oración;

Pedirle la buena elección de estado

 ¡Impetradme, Madre mía, gracias para vencer las blanduras de mi carne!

Oh Madre de mi Señor Jesucristo, Madre de piedad y de misericordia, Madre y refugio de pecadores, socorredme en este trance, ayudadme  y favorecedme, porque me hallo dudoso y perplejo, y no sé lo que me conviene, ni lo que debo escoger para mi salvación. Querría tomar estado y manera de vivir conforme a la voluntad de mi Dios, y no según mi gusto; véome flaco, inclinado a la maldad; mi edad y mi carne, el mundo y el demonio, están armados contra mí; las malas compañías me cercan, los deudos y amigos me aconsejan lo que a ellos les viene a cuento,  más lo que a mí me conviene para la salud de mi alma, que es lo que yo pretendo y debo pretender.

Vos, Señora mía, Madre del Divino consejero, y de la sabiduría eterna, Jesucristo, mi Señor, enseñadme su voluntad, abridme el camino, ahuyentad los demonios, apartad de mí las malas compañías, descubridme las celadas, y enfrenad los ímpetus de mis enemigos, impetradme gracias para vencer las blanduras de mi carne, y los silbos de la serpiente infernal, y todo lo que me puede ofuscar el entendimiento para que no conozca, o entibiar la voluntad para que no abrace lo que mi Señor quiere de mí.

Vos sois mi guía, mi abogada, mi patrona y protectora; alumbradme, guiadme, amparadme, y en vida y en muerte acogedme y presentadme a vuestro benignísimo Hijo, para que por Vos me reciba el que por vos se dignó ser mi Salvador  y único Redentor …  

AMÉN


Verán que la intención de la visita no coincide con la oración a recitar. En las visitas tendremos la intención en nuestro corazón, y nuestra mente, de reparar a nuestra Santa Madre por la intención del día y por otro lado, la petición que haremos a Ella por medio de la oración que se reza.

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