Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

jueves, 12 de diciembre de 2013

REINA DE MÉJICO Y EMPERATRIZ DE LAS AMÉRICAS

Sí, eres nuestra Madre; la Madre de Dios es nuestra Madre, la más tierna, la más compasiva. Y para ser nuestra Madre y cobijarnos bajo el manto de tu protección te quedaste en tu imagen de Guadalupe
Préstame Madre tus ojos, para con ellos poder mirar,
porque si con ellos miro, nunca volveré a pecar.

Préstame Madre tus labios, para con ellos rezar,
porque si con ellos rezo, Jesús me podrá escuchar.

Préstame Madre tu lengua, para poder comulgar,
pues es tu lengua patena de amor y santidad.

Préstame Madre tus brazos, para poder trabajar,
que así rendirá el trabajo una y mil veces más.

Préstame Madre tu manto, para cubrir mi maldad,
pues cubierta con tu manto al Cielo he de llegar.

Préstame Madre a tu Hijo, para poder yo amar.

Si Tú me das a Jesús, qué más puedo yo desear
y ésta será mi dicha por toda la eternidad.

Amén.

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