Y esa lágrima parece decir; ¡oh Madre mía! Decid qué deseáis; todo lo mío es también vuestro ¿Esta concedido; Jesús ha sido ganado! ¡Ha sido tocado en su punto flaco! Ahora pide; lo obtendrás todo, absolutamente todo lo que sea conforme a la gloria de Dios y no perjudique a tu salvación. ¿No es consoladora y confortante esa certeza de ser oído y esa seguridad de poder decir; yo puedo alcanzarlo todo de mi Divino Salvador y Él no me puede negar nada? Pruébalo, y experimentarás que no es ficción piadosa sino dulce realidad. En las penas, en las tentaciones, ve a Jesús con esta simple expresión: "Jesús, aquí tenéis a vuestra Madre!

lunes, 31 de diciembre de 2012

AL FINALIZAR EL AÑO, DULCE MADRE MÍA...

"Reina del mundo dignísima, María, Virgen perpetua, intercede por nuestra paz y por nuestra salvación, Vos que engendrasteis a Cristo el Señor Salvador de todos"
Indulgencia de trecientos días

Al finalizar el año, Dulce Madre mía, quiero pedirte perdón por todo cuanto te ofendí, por todo el mal que hice y el bien que dejé de hacer, por la oración aplazada y mal hecha, por todos mis pecados y miserias… y darte gracias por todos los beneficios que me has traído, sin yo merecerlos, de Dios, con tus generosas y benditas manos.

Te encomiendo a todos los míos, familiares y amigos, con la seguridad de que los guiarás a todos, con tu maternal dulzura.

Ayúdame, Madre mía, a ser bueno, y se mi Luz y mi Camino, para llegar a tu Divino Hijo Jesús. AMÉN


sábado, 22 de diciembre de 2012

MARÍA, DE JESÚS LA AURORA...


María, Virgen del Adviento,
esperanza nuestra,
de Jesús la aurora,
del cielo la puerta.
Madre de los hombres,
de la mar estrella,
llévanos a Cristo,
danos sus promesas.
Eres, Virgen Madre,
la de gracia llena,
del Señor la esclava,
del mundo la reina.
Alza nuestros ojos
hacia tu belleza,
guía nuestros pasos
a la vida eterna.
Amén.


LA ESPERA DE MARÍA


martes, 18 de diciembre de 2012

18 DE DICIEMBRE, EXPECTACIÓN DEL PARTO DE LA B. VIRGEN MARÍA

Allelúia, allelúia. Ecce Virgo concípiet, et páriet fílium Iesum Christum. Allelúia



Como la Anunciación cae dentro de la Cuaresma y en este santo tiempo no se celebraban antiguamente fiestas de los santos, decretaron los Padres españoles en el Concilio Toledano (año de 650) que la solemnidad de la Anunciación de María se trasladase al 18 de diciembre, Ésta y la Asunción eran las dos únicas fiestas mariales.

Llamóse después Expectación del Parto,  y más tarde Nuestra Señora de la O, sin duda por coincidir ese día 18, en las 1ª vísperas, con el comienzo de las grandes Antífonas O, que caracterizan esta última semana del santo tiempo de Aviento.

La Santa Misa es del todo parecida a la votiva de la Virgen en Adviento, y nos dispone admirablemente a las santas alegrías de Navidad, haciendo más fervientes nuestra extectación y los deseos por que venga a nuestras almas el Redentor del mundo.

ORACIÓN

¡Oh Dios!, que al anuncio del ángel has querido que tu Verbo tomase carne de las entrañas de la bienaventurada Virgen María, concede a tus siervos que, pues la creemos verdadera Madre de Dios, gocemos ante Ti del apoyo de su intercesión. Por el mismo Señor nuestro.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

CONSAGRACIÓN DE NUESTRA VIDA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA Y ACTO DE REPARACIÓN

Mater admirábilis, ora pro nobis!


Amabilísima y admirabilísima Virgen María, Madre de mi Salvador Jesucristo y madre mía. Postrado a vuestros pies, uniéndome humildemente a todos los actos de devoción y amor de todos los corazones que os aman en el Cielo y en la Tierra, os saludo Madre queridísima, os venero y os elijo hoy Soberana mía y Reina de mi corazón; la guía de mi vida, la protectora, mi abogada y refugio mío en todas mis necesidades espirituales y corporales.

Yo os ofrezco y consagro mi alma, mi corazón, mi cuerpo y todo lo que me pertenece. Deseo también que todos mis pensamientos, palabras, acciones, todos los alientos de mi respiración y latidos de mi corazón, sean en el presente y en el futuro, otros tantos actos de alabanza a la Santísima Trinidad por todos los privilegios y Gracias incomparables que os ha concedido.

¡Oh Virgen amabilísima!, entrego confiadamente a vuestras manos maternales todos mis deseos, propósitos y anhelos, y no quiero jamás aspirar a algo más allá, de lo que sea conforme a la Voluntad de vuestro Divino Hijo y la vuestra. Aceptadme, os lo ruego divinísima Madre, entre vuestros hijos predilectos, y en el número de los servidores escogidos, privilegiados, de poder colaborar con la preparación del Triunfo de vuestro Corazón Inmaculado. Consideradme y tratadme enteramente como posesión vuestra. Disponed de mi y conducidme siempre y en todo lugar –no según mis propias inclinaciones y deseos- sino según vuestro propio beneplácito.

Yo por mi parte, tomo hoy la firme resolución de observar fielmente los mandamientos de vuestro Divino Hijo Jesús; de seguir vuestras maternales exhortaciones ¡Oh Reina del Santo Rosario!, de amaros tiernamente y de consolaros. Quiero también –en cuanto me sea posible- con mis Oraciones y Sacrificios llevar a muchas otras almas a hacer lo mismo. Sobre todo, quiero venerar con especial devoción vuestro Purísimo Corazón ardiente de Caridad, y con vuestra poderosa asistencia ¡Oh mediadora de todas las Gracias!, tratar de imitar tanto como pueda, las sublimes virtudes que os adornaban aquí en la Tierra.

¡Oh Reina de mi corazón!, que por el misterioso obrar del Espíritu Santo en vuestra alma Santísima habéis sido transformada en un verdadero espejo de la Justicia de Jesús vuestro Divino Hijo, imprimid en mi corazón, os lo ruego, una imagen perfecta de las virtudes del vuestro, a fin de que el mío sea un retrato vivo del vuestro Inmaculado.

¡Oh Virgen Gloriosa!, vuestro Purísimo Corazón ha estado durante su existencia terrenal, entrañablemente unido al Divino Corazón de vuestro Hijo, compartiendo plenamente sus nobilísimos sentimientos y espíritu de Sacrificio. Y ahora, elevada a la bienaventuranza del Cielo está perennemente unido a El de modo inigualable en la más sublime felicidad. Por ello os ruego ¡Oh Madre de Dios!, unid mi pobre corazón de tal manera al de mi Jesús, que no abrigue otros sentimientos y deseos que los vuestros, y que no obre nunca, sino lo que sea más agradable a Su Sacratísimo Corazón y a vuestro dulcísimo Corazón Inmaculado, oh Madre benignísima. Amén. 

ACTO DE REPARACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

"Oh Madre mía, a vuestro Corazón confío las angustias de mi corazón, y a él vengo a buscar ánimo y fortaleza"

Santa Bernardita

¡Oh Inmaculado Corazón de María, traspasado de dolor por las injurias con que los pecadores ultrajan vuestro Santísimo nombre y vuestras excelsas prerrogativas! Aquí tenéis, postrado a vuestros pies, un indigno hijo vuestro que, agobiado por el peso de sus propias culpas, viene arrepentido y lloroso, y con ánimo de resarcir las injurias que, a modo de penetrantes flechas, dirigen contra Vos hombres insolentes y malvados.

Deseo reparar, con este acto de amor y rendimiento que hago delante de vuestro amantísimo Corazón, todas las blasfemias que se lanzan contra vuestro augusto nombre, todos los agravios que se infieren a vuestras excelsas prerrogativas y todas las ingratitudes con que los hombres corresponden a vuestro maternal amor e inagotable misericordia.

Aceptad, ¡oh Corazón Inmaculado!, esta pequeña demostración de mi filial cariño y justo reconocimiento, junto con el firme propósito que hago de seros fiel en adelante, de salir por vuestra honra cuando la vea ultrajada y de propagar vuestro culto y vuestras glorias. Concededme, ¡oh Corazón amabilísimo!, que viva y crezca incesantemente en vuestro santo amor, hasta verlo consumado en la gloria. Amén.

Rezar tres Avemarías en honra del poder, sabiduría y misericordia del Inmaculado Corazón de María, menospreciado por los hombres. Terminar con las siguientes jaculatorias:

¡Oh Corazón Inmaculado de María, compadeceos de nosotros!
Refugio de pecadores, rogad por nosotros.
¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!

Padrenuestro, Ave María y Gloria por las intenciones del Romano Pontífice. 


A LA EMPERATRIZ DE LAS AMÉRICAS

¡Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias!

¡Oh Virgen Inmaculada,
Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia!
Tú, que desde este lugar manifiestas
tu clemencia y tu compasión
a todos los que solicitan tu amparo;
escucha la oración que con filial confianza te dirigimos,
y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.

Madre de misericordia, Maestra del sacrificio escondido y silencioso,
a Ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores,
te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos,
nuestras alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores.

Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos;
ya que todo lo que tenemos y somos lo ponemos bajo tu cuidado,
Señora y Madre nuestra.

Queremos ser totalmente tuyos y recorrer contigo el camino
De una plena fidelidad a Jesucristo a su Iglesia:
No nos sueltes de tu mano amorosa.

Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos por todos
Los Obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos
de intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios
y a las almas.

Contempla esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los misterios de Dios.

Concede a nuestros hogares
la gracia de amar y de respetar la vida que comienza
con el mismo amor con el que concebiste en tu seno
la vida del Hijo de Dios.
Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias,
Para que estén muy unidas, y bendice a la educación de nuestros hijos.

Esperanza nuestra, míranos con compasión,
Enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si caemos, ayúdanos
a levantarnos, a volver a Él, mediante la confesión de nuestra culpas
y pecados en el sacramento de la Penitencia,
que trae sosiego al alma.

Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos sacramentos,
Que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra.

Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia,
Con nuestros corazones libres de mal y de odios,
Podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera paz,
que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
que con Dios Padre y con el Espíritu Santo,
vive y reina por los siglos de los siglos. Amén

sábado, 8 de diciembre de 2012

DIE 8 DECEMBRIS, IN CONCEPTIONE IMMACULATA B. MARIAE VIRG.

Allelúia, allelúia. Tota pulchra es, María: et mácula originális non est in te. Allelúia

“Tota pulchra es! ¡Toda hermosa eres, María, no hay en Ti mancha de pecado original”. Este grito de admiración con que comienza el oficio de la Inmaculada Concepción responde muy bien el sentimiento de la humanidad, que lleva en sí la mancha del pecado, ante la pureza inmaculada de la Santísima Virgen.

Habiendo decretado desde toda la eternidad hacer de María la Madre del Verbo encarnado, la vistió Dios con vestiduras de santidad e hizo de su alma morada digna para su Hijo. La redención total que desde su concepción preservó a la Santísima Virgen incluso del pecado original, no debe separarse de nuestra propia redención por Cristo. Colocada en el corazón del Adviento, la fiesta de la Inmaculada concepción Anuncia los esplendores de la encarnación redentora.

Su fiesta actual, instituida por Pío IX, con motivo de la proclamación del Dogma, el 8 de diciembre de 1854, tenía ya sus precedentes. Desde el siglo VIII se celebraba en Oriente una fiesta de la “Concepción” de la Virgen, fiesta que volveremos a encontrar en el siglo IX en Irlanda y España, y en el siglo XI en Inglaterra. Estas fiestas antiguas son testigos de un culto tradicional a la pureza inmaculada de la Virgen María. La solemne definición de Pío IX ni hizo más que precisar su sentido y afirmar la fe constante de la Iglesia.

OREMOS

¡Oh Dios!, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen, has preparado digna morada a tu Hijo; te suplicamos que, así como por la muerte prevista de este tu Hijo la has preservado de toda mancha, nos concedas también, por la intercesión de María, llegar puros hasta Ti. Por el mismo Señor Nuestro. AMÉN


miércoles, 5 de diciembre de 2012

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, PIDIENDO EL DON DE LA PERSEVERANCIA

¡Madre amada! ¡Que no nos cansemos!

¡Madre Inmaculada! ¡Que no nos cansemos!
¡Madre Nuestra! ¡Una petición! ¡Que no nos cansemos!
Sí, aunque el desaliento por el poco fruto o por la ingratitud nos asalte, aunque la flaqueza nos ablande, aunque la incomprensión de nuestros hermanos en la fe nos duela, aunque el furor del enemigo nos persiga y nos calumnie, aunque nos falten el dinero y los auxilios humanos, aunque vinieran al suelo nuestras obras y tuviéramos que empezar de nuevo…
¡Madre amada! ¡Que no nos cansemos!
Ayúdanos a estar firmes, decididos, alentados, sonrientes siempre, con los ojos de la cara fijos en el prójimo y en sus necesidades, para socorrerlos; y con los ojos del alma fijos en el Corazón de Jesús que está en el Sagrario, para que ocupemos nuestro puesto, el que a cada uno Dios nos ha señalado, para defender a Cristo y a su Iglesia.
¡Nada de volver la cara atrás!
¡Nada de cruzarse de brazos!
¡Nada de estériles lamentos!
Mientras nos quede una gota de sangre que derramar, unas monedas que repartir, un poco de energía que gastar, una palabra que decir, un aliento de nuestro corazón, un poco de fuerza en nuestras manos o en nuestros pies, que puedan servir para dar gloria a Él y a Ti, para luchar siempre por el honor de Cristo y por el tuyo, y para hacer un poco de bien a nuestros hermanos…
¡Madre querida nuestra, te rogamos: que no nos cansemos!
Queremos descansar sólo después del último hálito de nuestra vida,
siendo entonces amparados por ti, muriendo junto a tu Corazón y entre tus brazos. AMÉN

domingo, 2 de diciembre de 2012

DEVOCIÓN A LAS TRES AVEMARÍAS

 “La devoción de las tres Avemarías siempre me fue muy grata… No dejéis de rezarlas y de hacerlas rezar cuanto podáis. Cada día tendréis pruebas de su eficacia…”


LA VIRGEN PROMETIÓ A SANTA MATILDE Y A OTROS SANTOS QUE QUIEN REZARA DIARIAMENTE TRES AVEMARÍAS, TENDRÍA SU AUXILIO DURANTE LA VIDA Y SU ESPECIAL ASISTENCIA A LA HORA DE LA MUERTE, PRESENTÁNDOSE A ESA PERSONA EN SU HORA FINAL CON EL BRILLO DE UNA BELLEZA TAL QUE EL SOLO VERLA LO CONSOLARÍA Y LE COMUNICARÍA LAS ALEGRÍAS DEL CIELO

MODO DE REZARLAS

Con todo mi corazón os glorifico, Virgen Santísima, sobre todos los ángeles y santos del paraíso, Hija del Padre Eterno, y os consagro mi alma con todas sus facultades.

Avemaría...

Con todo mi corazón os glorifico, Virgen Santísima, sobre todos los ángeles y santos del paraíso, amantísima Madre del Hijo de Dios, os consagro mi cuerpo con todos sus sentidos.

Avemaría...

Con todo mi corazón os glorifico, Virgen Santísima, sobre todos los ángeles y santos del paraíso, amantísima Esposa del Espíritu Santo, os consagro mi corazón, con todos sus afectos, y os ruego que obtengáis de la Santísima Trinidad todas las gracias necesarias para mi salvación.

Avemaría...

La siguiente jaculatoria fue indulgenciada por San Pío X, y la recomendó rezar junto con esta devoción: "¡Oh María, por tu Inmaculada Concepción, purifica mi cuerpo y santifica mi alma!"

OTRAS PROMESAS ACERCA DE LA PRÁCTICA DE ESTA DEVOCIÓN

La Santa Madre de Dios le dijo a Santa Gertrudis que:

“Quien la venerase en su relación con la Beatísima Trinidad, experimentaría el poder que le ha comunicado la Omnipotencia del Padre como Madre de Dios; admiraría los ingeniosos medios que le inspira la sabiduría del Hijo para la salvación de los hombres, y contemplaría la ardiente caridad encendida en su corazón por el Espíritu Santo” En otra ocasión la Virgen María le dijo a esta Santa, refiriéndose a todos los que la invocamos diariamente conmemorado el Poder, la Sabiduría y el Amor que le fueron comunicados por la Santísima Trinidad: “a la hora de su muerte me mostraré a él con el brillo de una belleza tan grande, que mi vista le consolará y le comunicará las alegrías celestiales”

Según el llamado apóstol de la Santísima Trinidad (el bienaventurado diego Cádiz capuchino que vivió en el siglo XVIII) la Madre de Dios le revelo que:

“Una de las más agradables devociones que se le pueden ofrecer, es la de ayudarle a dar gracias a la Augusta Trinidad por el Poder que recibió del Padre Eterno, por la Sabiduría con que la enriqueció su Hijo y por la Caridad de que la llenó el Espíritu Santo”

Cuando Sor María Villani, religiosa Dominica siglo XVI rezaba un día Las Tres Avemarías, oyó de labios de la Virgen María estas estimulantes palabras:

“No solo alcanzaras las gracias que me pides, sino que en la vida y en la muerte prometo ser especial protectora tuya y de cuantos como tú practiquen esta devoción”

miércoles, 28 de noviembre de 2012

REINA DULCÍSIMA


“Si te turba la memoria de la enormidad de tus faltas, de la fealdad de tu conciencia y comienzas a sumergirte en la tristeza, en la desesperación, piensa en María, invoca a María” (San Bernardo)

Acudamos, pues, acudamos siempre todos a los pies de esta Reina dulcísima, si queremos salvarnos con seguridad; y cuando la multitud de nuestros pecados nos desaliente, acordémonos que fue elegida Reina de misericordia para salvar con protección poderosa a los pecadores, por grandes que sean, que acudan a Ella. Estos han de ser en el Cielo su Corona, como se lo prometió en los Cantares su divino Esposo (4,8): “Ven del Líbano, Esposa mía; ven del Líbano, ven, y serás coronada… de las cuevas de los leones, de los montes de los leopardos”. Y éstos, ¿quiénes son sino los pecadores, cuyas almas se hacen, por el pecado, cuevas de monstruos espantosos? Pues estos mismos, Reina soberana, salvos por vuestro medio, porque su salvación será corona vuestra, corona propia, corona digna de la Reina de misericordia.

“Las Glorias de María” 1ª parte, de San Alfonso María de Ligorio

martes, 27 de noviembre de 2012

27 DE NOVIEMBRE, FESTIVIDAD DE NUESTRA SEÑORA DE LA MEDALLA MILAGROSA

O María sine labe concépta, ora pro nobis, qui recurréntibus ad Te!

¡Dulcísima Reina de los cielos y de la tierra!; que por amor a los hombres te dignaste a manifestarte, a vuestra sierva Sor Catalina, con las manos llenas de rayos de luz; a fin de hacer saber al mundo que deseas derramar abundantes gracias sobre todos los que con confianza te piden; Concédeme Madre mía, que a imitación de Sor Catalina derrames en mi alma la luz necesaria para conocer mi nada y mi miseria; y lo mucho que debo a mi Padre Dios, por tantísimos beneficios, como me ha dispensado; y que cumpliendo su voluntad en esta vida; pueda gozarle en Tu compañía eternamente en el cielo. Amén.


Para saber más, pinchar AQUÍ

miércoles, 21 de noviembre de 2012

DIE 21 NOVEMBRIS, IN PRAESENTATIONE B. MARIAE VIRG.

Beáta Dei Génetrix María, Virgo perpétua, templum Dómini, sacrárium Spíritus Sancti, sola sine exémplo placuísti Dómino nostro Iesu Christo, allelúia!

Las tres fiestas, de la Natividad de la Santísima Virgen María, del Santo Nombre de María y de su Prensentación en el Templo, son el eco, en el ciclo marial, de las tres primeras fiestas del ciclo cristológico: Navidad, el Santísimo Nombre de Jesús y su Presentación ene el Templo. La fiesta de la Presentación existía ya en el siglo VI en Oriente y se introdujo en Occidente durante el siglo XIV.

La ofrenda de la Santísima Virgen en el Templo forma una misma con la de Jesús. Que también la nuestra se una a la de Ellos.

OREMOS

¡Oh Dios!, que has querido que la Santísima Virgen María, morada del Espíritu Santo, haya sido en este día presentada en el Templo; concédenos, que, por su intercesión, merezcamos ser presentados en el Templo de tu gloria Por Nuestro Señor Jesucristo. AMÉN

jueves, 15 de noviembre de 2012

MAGNÍFICAT ÁNIMA MEA DÓMINUM

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN PARA ALCANZAR VOCACIONES RELIGIOSAS

Reina y Madre de los sacerdote, ¡rogad por ellos!

¡Oh Virgen Inmaculada!, Madre de Dios y Madre Nuestra, llevada al Cielo para dispensarnos tus favores, escucha nuestra plegaria.

Rodeada de gloria, has venido varias veces a la tierra para comunicarnos tus mensajes por medio de inocentes niños. Mira el desamparo moral de tantas almas y envíales apóstoles.

En nuestros hogares, en nuestras asociaciones juveniles, en los campos y talleres, en las escuelas y oficinas, suscita una legión de jóvenes encendidos en deseos de dar a conocer a Jesús, tu Hijo, y tu Santo Evangelio.

¡Oh Dulcísima Reina de los Apóstoles!, que guiaste con ternura maternal las primeras vocaciones apostólicas, haz que las almas generosas oigan el llamamiento divino. Alcanza para esos elegidos la gracia de vencer los obstáculos que pudieran impedir su marcha hacia Dios.

¡Madre mía!, aparta de nuestra juventud la indiferencia, la sensualidad y el egoísmo que ahogan los impulsos sobrenaturales y enciende en los corazones la llama de la caridad para los niños, predilectos de Jesús, tu Divino Hijo, que vive y reina en la unidad del Padre y del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. AMÉN

lunes, 12 de noviembre de 2012

LOS FAVORES DE NUESTRA MADRE MARÍA

Mater Creatóris... ¡ora pro nobis!

NO CREÍA EN NADA 

Un comunista de Niza, que había calificado de comedia a las peregrinaciones a Lourdes, ha regresado de la gruta curado de una parálisis que afectaba el lado derecho de su cuerpo. Ha vuelto también creyendo en Dios. 

Se trata de Louis Olivari que resultó gravemente herido al caerse de su andamio, cuando trabajaba como electricista en un hospital local. Estuvo un día entero inconsciente, y cuando volvió en sí, se encontró que tenía paralizado el brazo y la pierna derechos. Los médicos le manifestaron que no podían hacer nada por él, puesto que había sufrido la ruptura de una arteria cerebral. 

Después de dos meses y medio de tratamiento, sin conseguir progreso alguno, el capellán del Hospital le aconsejó que fuera en peregrinación a Lourdes”. Louis se rió: “Yo no creo en nada. ¿Para qué voy a intervenir en tal comedia?” Pero ante la insistencia de su esposa se decidió a ir: “Me sentí impresionado por la gente que iba, pero lo que más me emocionó fue un niño ciego de diez años que hacia su quinta peregrinación a Lourdes”. 

“Reza”, le dijo el muchacho, poniéndose de rodillas ante la Virgen. De mala gana permitió que le introdujeran después en las heladas aguas de la gruta. Junto a él estaba el niño ciego. Vio allí cómo el muchacho movía los labios en oración. Louis gritó: “¡Dios, si existes, cura a este niño, que lo merece más que yo!”.

Ahora, curado, de vuelta a Niza, ha anunciado que deja definitivamente el comunismo y que cree en Dios.

sábado, 3 de noviembre de 2012

OTRA ORACIÓN PARA EL OFRECIMIENTO DEL SANTO ROSARIO

"Ipsa conteret caput tuum"

¡Oh Virgen Santísima Madre de Dios, Salud de los que esperan en Ti! Yo te ofrezco humildemente este Rosario: suplícote me seas abogada e intercesora en la vida y en la muerte, y me alcances de tu Bendito Hijo perdón de mis pecados, y gracia para que le sirva, y acabe en su servicio. Socórreme también en mis necesidades espirituales y temporales, y encomiéndote el estado de la Santa Madre Iglesia y Prelados de ella, y los príncipes y gobernantes temporales, y todos mis amigos, parientes y bienhechores vivos y difuntos. AMÉN

jueves, 1 de noviembre de 2012

ORACIÓN PARA OFRECER EL SANTO ROSARIO

Causa nostra laetitiae!

Princesa de los Ángeles, yo os ofrezco este Rosario a honra de aquellos cinco misterios… (los que toquen), y del gozo o dolor que en ellos recibisteis, y con él todos los que han rezado cuantos Santos ha habido, y toda la devoción y pureza con que los rezaron, y la reverencia que os tienen en el cielo ellos y todos los espíritus soberanos. Todo lo cual quisiera yo tener para vuestro servicio; mas suplícoos recibáis este mi deseo, y me alcancéis de vuestro Hijo precioso perdón de mis pecados, y perseverancia en su divina gracia hasta el fin, y después su gloria, donde le alabe por toda la eternidad. AMÉN

sábado, 27 de octubre de 2012

ORACIÓN A NUESTRA MADRE MARÍA

"Per ipsam et cum ipsa et in ipsa, et ab ipsa habet mundus et habiturus est omne bonum"

¡Oh Madre admirable!, presentadme a vuestro querido Hijo en calidad de eterno esclavo, a fin de que como me rescató por Vos, me reciba de vuestras manos. ¡Oh Madre de misericordia!, hacedme la gracia de alcanzarme la verdadera sabiduría de Dios y de colocarme a este efecto en el número de los que amáis, enseñáis, guiáis, alimentáis y protegéis como hijos y esclavos vuestros. ¡Oh Virgen fiel!, hacedme en todo tan perfecto discípulo, imitador y esclavo de la Sabiduría encarnada, Jesucristo, vuestro Hijo, que por vuestra intercesión y a ejemplo vuestro, llegue, a imitación vuestra, a la plenitud de la perfección sobre la tierra y de la gloria en los cielos. Así sea

DE LA VERDADERA DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

Os saludo, pues ¡oh María Inmaculada! tabernáculo viviente de la Divinidad

Cuando María ha echado raíces en un alma, realiza allí las maravillas de la gracia que sólo Ella puede realizar, porque sólo Ella es la Virgen fecunda, que no tuvo ni tendrá, jamás semejante en pureza y fecundidad.

María ha colaborado con el Espíritu Santo en la obra de los siglos, es decir, la encarnación del Verbo de Dios. En consecuencia, Ella realizará también los mayores portentos de los últimos tiempos: la formación y educación de los grandes santos, que vivirán hacia el final de los tiempos, están reservados a Ella, porque sólo esta Virgen singular y milagrosa puede realizar, en unión del Espíritu Santo, las cosas excelentes y extraordinarias.

Cuando el Espíritu Santo, su Esposo, la encuentra en un alma, vuela y entra en esa alma en plenitud, y se le comunica tanto más abundantemente cuanto más sitio hace el alma a su Esposa. Una de las razones de que el Espíritu Santo no realice ahora maravillas portentosas en las almas es que no encuentra en ellas una unión suficientemente estrecha con su fiel e indisoluble Esposa.

Digo “fiel e indisoluble Esposa” porque desde que este Amor sustancial del Padre y del Hijo se desposó con María para producir a Jesucristo, Cabeza de los elegidos, y a Jesucristo en los elegidos, jamás la ha repudiado, porque Ella se ha mantenido siempre fiel y fecunda.

jueves, 18 de octubre de 2012

COSAS DE MAMÁ...



SE CUENTA QUE SAN PEDRO, MUY PREOCUPADO AL NOTAR LA PRESENCIA DE ALGUNAS ALMAS A LAS CUALES NO RECORDABA HABERLAS HECHO PASAR AL CIELO, SE PUSO A INVESTIGAR Y ENCONTRÓ UN LUGAR POR DONDE ENTRABAN.

FUE ENTONCES ANTE NUESTRO SEÑOR Y LE DIJO: SEÑOR JESÚS, HABIENDO OBSERVADO QUE HAY AQUÍ ALGUNAS ALMAS A LAS QUE NO RECUERDO HABERLES ABIERTO LAS PUERTAS PARA QUE ENTRARAN A GOZAR DE LA ETERNA FELICIDAD,
HICE ALGUNAS INVESTIGACIONES Y HALLÉ UN HUECO POR DONDE ENTRAN. YO QUISIERA QUE LO VIERAS...

ACEPTÓ EL DIVIDO SALVADOR ACOMPAÑARLO Y VIO QUE DEL HOYO DESCUBIERTO COLGABA HACIA LA TIERRA UN INMENSO ROSARIO, POR DONDE CONSTANTEMENTE SUBÍAN MUCHAS ALMAS. ALARMADO, LE DIJO SAN PEDRO: CREO, SEÑOR, QUE DEBEMOS CERRAR ESA ENTRADA DE …

NO, NO, LE RESPONDIÓ EL SEÑOR,
¡DÉJALO ASÍ!... ESAS SON COSAS DE MAMÁ...

¡¡¡BENDITA SEAS, MADRE MÍA !!!

LOS FAVORES DE NUESTRA MADRE MARÍA



CAMINO DEL INFIERNO 

En un rincón de la Misión una anciana se encuentra enferma de muerte. Bautizada pero apóstata con escándalo de todo el pueblo, el misionero no se resigna a perder esta alma y manda al catequista, pero ella se niega a oír hablar de Dios. Cierto día el misionero se presenta en su casa con resolución: “Vengo a recordarle que usted recibió un día el bautismo y que Dios la quiere perdonar”. Con las manos encrespadas rechaza al misionero, gritándole: “¡Que no, que no! Déjeme, no quiero salvarme”. 

El misionero marcha con el alma destrozada. El catequista, apenado, murmura: “Padre, esta desgraciada me parece que ya está empaquetada para el infierno”. “No, eso no será así –contesta el misionero-. Volvamos otra vez. Pero con un arma de la que nos olvidamos antes: recemos un Avemaría”. Desandan el camino y entran en la casa. La anciana ha sufrido un nuevo ataque y parece ya cadáver; no tiene fuerzas para rebelarse o es que Dios no se lo permite. Comenzó la preparación de la moribunda. Había perdido la facultad de hablar, pero con una señal de arrepentimiento pudo ser absuelta de sus pecados. La invitó a recibir la Extremaunción y un nuevo movimiento de cabeza es el acepto complaciente de la enferma. Ella misma presenta con ansia las manos para la Unción. 

El misionero quiere que la Virgen esté presente de un modo más explícito, y decide imponer el Santo Escapulario. La anciana se muestra complacida, y la Virgen toma bajo su custodia el alma que Ella misma ha salvado. Toda la vecindad, reunida en su casa, se admira del cambio producido en brevísimos instantes. 

Transcribo las palabras del misionero: “Yo me complazco en pensar con las almas sencillas, que si esto es lo que llamamos milagro de la gracia, en la Virgen esto no es milagro, sino estilo ordinario que Ella usa, cuando se le invoca de veras a favor de un alma. He sentido como si la Virgen me dijera: Pero hijo, ¿por qué te extrañas?” 

viernes, 12 de octubre de 2012

DIE 12 OCTOBRIS, B. MARIAE V. A COLUMNA

Fertur ut quondan monitus Iacobus
Caessaraugustae, posuisse templum,
Nostra sic aedes nítidas Mariae
Corda dicemus

ORATIO

Omnipotens Sempiterne Deus, qui per gloriosissimam Filii tui Matrem caeleste praesidium nobis mirábiliter praeparasti: concede propitius; ut quam peculiari titulo de Columna pia devotione veneramur, eius perpetuo protegamur auxilio. Per eundem Dóminum.

 
EL MILAGRO DE CALANDA

 “Decimos, pronunciamos y declaramos que a Miguel Pellicer, natural de Calanda, de quien en este proceso se trata, le ha sido restituida milagrosamente su pierna derecha, que antes le habían cortado, y que tal restitución no ha sido obrada naturalmente, sino prodigiosa y milagrosamente, debiéndose juzgar tener por milagro, por haber concurrido en ella todas las circunstancias que el derecho exige para constituir un verdadero milagro, como por el presente lo atribuimos a milagro, y por tal milagro lo aprobamos, declaramos y autorizamos”

Sentencia del 27 de abril de 1641, firmada por D. Pedro de Apaolaza Ramírez, Arzobispo de Zaragoza, conclusión del proceso canónico correspondiente que fue abierto el 5 de junio de 1640.

 
Sucedió el milagro entre las 10 y las 11 de la noche del jueves 29 de marzo de 1640, en la villa aragonesa de Calanda y en la persona del joven Miguel Juan Pellicer. De 23 años. Contaba el joven Miguel Juan Pellicer 19 años cuando, trabajando en Castellón de la Plana, cayó de un carro y una rueda le aplastó la pierna derecha. Pasó 5 días en el Hospital de Valencia y pidió ser llevado al Hospital de Nuestra Señora de Gracia en Zaragoza. Debido a este incidente, fue necesario amputarle dicha pierna, dos dedos más debajo de la rodilla, lo que se hizo en el Hospital de Nuestra Señora de Gracia, en Zaragoza, por el cirujano D. Juan Estanca. Tras su convalecencia durante dos años en el Hospital citado, fue mendigo en la puerta del templo de Nuestra Señora del Pilar, de la que era muy devoto desde su niñez, ya que existía una ermita con su advocación en Calanda.

Cada día, Pellicer untaba el muñón de su pierna con el aceite de las lámparas que ardían ante la Virgen del Pilar mientras pedía limosna a la puerta del templo. Vuelto a casa de sus padres, en Calanda, a primeros de marzo de 1640, el día 29 de ese mes, habiéndose acostado en la misma habitación de sus padres, por haber un soldado alojado en casa. Lo encontraron ellos dormido media hora más tarde, con dos pierna, notándose en la restituida las mismas señales de un grano y cicatrices que tenía antes de su amputación.

Tras su curación, Miguel Juan volvió a viajar a Zaragoza para dar gracias a la Virgen del Pilar, y, a instancias del ayuntamiento de la cuidad, se incoó en el arzobispado un proceso el 5 de junio de 1640, pronunciando sentencia afirmativa de curación milagrosa, el Arzobispo D. Pedro Apaolaza, asesorado por nueve teólogos y canonistas, el 27 de abril de 1641. El milagro se divulgó rápidamente por la Corte, y Pellicer fue recibido en Madrid por el Rey Felipe IV. Una relación en castellano sobre el Milagro, hecha en 1641 pro el carmelita Fr. Jerónimo de San José y luego traducida al italiano, difundió la noticia por España, Italia y sur de Francia.

Sobre todo una relación en latín, escrita pro el médico alemán Pedro Neurath en 1642, luego traducida al francés, alemán y holandés, lo divulgó por toda Europa. El mismo Papa Urbano VIII fue informado personalmente por el P. Jesuita aragonés F. Franco en 1642.

jueves, 11 de octubre de 2012

DIE 11 OCTOBRIS, MATERNITATIS B. MARIAE VIR.

Béata es, Virgo María, quae ómnium portásti Creatorem

Fue en el Concilio de Éfeso, del año 431, donde de proclamó el dogma de la maternidad divina de la Santísima Virgen. María es la madre de Jesús; el Hijo de Dios verdaderamente ha tomado de ella su carne, y realmente Él es su Hijo. Esta fiesta de la maternidad que ahora celebramos la instituyó el Papa Pío XI en 1931, con ocasión de XV centenario del gran Concilio.

La Iglesia, que asocia tan íntimamente a la Santísima Virgen a toda la obra de nuestra redención, ha ensalzado siempre la divina maternidad de la Virgen María. Recalca sin cesar su admiración por el misterio de la Encarnación que en Ella se ha obrado y su alegría por el mensaje de salvación que, al darnos a su Hijo, nos trajo al mundo. Y al invitarnos a venerar así a la Madre del Salvador, pretende la Iglesia despertar en nuestras almas un amor filiar hacia la que se ha convertido, en la vida de la gracia, en nuestra propia madre, dándonos al Autor de la Vida. “Cuantos estamos unidos a Cristo y somos miembros de su Cuerpo …, todos hemos salido del seno de María como un cuerpo unido a su cabeza. Ella es la madre de todos nosotros; madre espiritual, pero verdaderamente madre de los miembros de Cristo” (Pío X, Encíclica “Ad diem illum”)

domingo, 7 de octubre de 2012

DIE 7 OCTOBRIS, BEATAE MARIAE VIR. A ROSARIO

Virgo potens, sicut turris
David: mille clípei pendent
ex ea, omnis armatúra
fórtium


Era costumbre entre los nobles, en la Edad Media, como lo había sido entre los romanos, llevar coronas de flores. Se ofrecían tales coronas a personas de distinción, a título de reconocimiento. Soberana del cielo y de la tierra, la Virgen tiene el mismo derecho a nuestros homenajes; de ahí que la Iglesia nos exhorte a ofrecerle un triple rosario, o tres coronas de rosas, que llamamos rosario.

La fiesta de Nuestra Señora del Rosario fue instituida principalmente para recordarnos el insigne beneficio de la victoria de Lepanto sobre el Islam, el 7 de octubre de 1571, victoria debida al rezo del rosario. Esta fiesta, local en un principio, se extendió muy pronto a toda la Iglesia. León XIII la elevó al rango de fiesta de segunda clase, con misa y oficio nuevos.

lunes, 1 de octubre de 2012

MES DE OCTUBRE, MES DEL SANTÍSIMO ROSARIO



El Papa León XIII pidió al universo católico que aprovechara el mes de octubre para aumentar en nosotros, y en nuestro entorno, la devoción del Santo Rosario, poderoso medio para despertar nuestra fe, santificarnos y obtener el triunfo y la paz para la Iglesia, frente a los ataques furiosos de la Revolución para la destruirla.

León XIII quería que cada fiel rece por la mañana la primera parte del Santo Rosario, durante el día la segunda parte, y por la noche en la iglesia o en familia la tercera parte, seguida de las letanías de la Santísima Virgen y de la oración de San José*, Patrono de la Iglesia Universal.

Es muy conocido cuán a menudo vino luego Nuestra Señora para pedir a todos el rezo diario del Santo Rosario, particularmente en Fátima.

*ORACIÓN A SAN JOSÉ

A Vos recurrimos en nuestra tribulación, bienaventurado José, y después de haber implorado el auxilio de vuestra Santísima esposa, solicitamos también confiadamente vuestro patrocinio. Por el afecto que os unió a la Virgen Inmaculada, Madre de Dios; por el amor paternal que profesasteis al Niño Jesús, os suplicamos que volváis benigno los ojos a la herencia que Jesucristo conquistó con su Sangre, y que nos socorráis con vuestro poder en nuestras necesidades.
 
Proteged, prudentísimo custodio de la Sagrada Familia, al linaje escogido de Jesucristo; preservadnos, Padre amantísimo, de todo contagio de error y corrupción; sednos propicio y asistidnos desde el Cielo, oh, poderosísimo Protector nuestro! en el combate que al presente libramos con el poder de las tinieblas, y del mismo modo que en otra ocasión librasteis del peligro de la muerte al Niño Jesús, defended ahora a la Santa Iglesia de Dios de las asechanzas del enemigo y de toda adversidad. Amparad a cada uno de nosotros, con vuestro perpetuo patrocinio, a fin de que, siguiendo vuestros ejemplos y sostenidos con vuestros auxilios, podamos vivir santamente, morir piadosamente, y obtener la felicidad eterna del cielo. Amén.

Su Santidad concede una indulgencia de siete años y siete cuarentenas por cada vez que devotamente se rezare esta oración.